¿Por qué son recurrentes las menciones de UAEMex en el tema de la estafa maestra? Hagamos memoria, esa universidad mexicana se metió en camisa de once varas a partir de 2009, cuando el entonces rector Eduardo Gasca Pliego decidió habilitar ciertos mecanismos para atraer recursos ofreciendo los servicios de la institución desde las diferentes áreas de conocimiento y especialización que tiene, hasta ahí todo bien.
No le fue mal, entre 2009 y 2013, periodo que él encabezó, logró que la UAEMex se hiciera de 249 contratos con diferentes instancias federales, compromisos que obligaban a la institución a prestar servicios o entregar diferentes productos a lo largo de varios años ¿cuánto implicaban estos contratos? Según información a la que hemos podido acceder, esos contratos rondarían los 3 mil millones de pesos.
Pero ¿quién vigiló que dichos compromisos institucionales se llevaran a cabo con transparencia y se cumpliera con lo establecido en cada contrato? En esta parte de la historia aparece Hugo Manuel del Pozzo Rodríguez, entonces encargado de las finanzas de la universidad quien además se valió de la colaboración de Enrique Fichtl Becerra, director de Tecnologías de la Información y Comunicaciones que habría de coordinar la realización de algunos de los proyectos.
Buscar mayores recursos para favorecer las necesidades institucionales y ampliar los horizontes de la universidad es una iniciativa noble que implica visión y poder de gestión y entonces ¿qué pasó? ¿qué falló con las responsabilidades adquiridas?
En mayo de 2013, cuando Gasca Pliego dejó la rectoría y pasó la estafeta a Jorge Olvera García, hoy defensor de los Derechos Humanos en el Estado de México, se inició la revisión de los contratos y se detectaron inconsistencias de todo tipo, circunstancias que la Auditoria Superior de la Federación hizo públicas en años posteriores, con la publicación de su análisis de la cuenta pública, datos usados después para integrar la investigación que hoy se conoce como estafa maestra.
Por las probadas irregularidades en el actuar de Del Pozo y Fichtl en perjuicio de la institución, Olvera García interpuso denuncias que llevaron a la cárcel a esos dos ex funcionarios universitarios. Nunca lo ha reconocido abiertamente pero según confirmó una fuente cercana, casualmente a partir de la denuncia que interpuso por el posible delito de desfalco, él recibió amenazas de todo tipo.
Largo ha sido el camino de descalificaciones que ha tenido que enfrentar la universidad mexiquense desde que comenzó esta historia de corruptelas y sobra decir que a la sociedad le urge que e haga justicia pues aún hay un ominoso camino para sanar las heridas que arrastra la institución y la reputación de los dos últimos rectores a quienes se les ha visto dando la cara, enfrentando y promoviendo acciones legales. ¿Por qué está tan ausente Eduardo Gasca Pliego cuando el huracán arrasa con su alma mater? ¿alguna vez le revisó a tarea a sus colaboradores?. La respuesta ya solo la podrá dar la Fiscalía General de la República, ojalá pronto.