Desde la Plaza del Reloj, en Tlatelolco, integrantes del Colectivo de Organizaciones del Movimiento Urbano Popular (COMUP) encabezaron la conmemoración de los 40 años del sismo de 1985 y frente a diversas organizaciones se dio lectura a un pronunciamiento político.
Entre veladoras, cárteles conmemorativos y adornos florales, se llevó a cabo un acto cívico en honor a la lucha popular que, desde el 85, se ha sostenido en la ciudad.
Esto con el propósito de fortalecer la organización entre los colectivos sociales.
En entrevista para Revolución TRESPUNTOCERO, Erika Barrientos, vocera del COMUP, que a su vez integra a varias organizaciones, detalló que la lucha comenzó tras el sismo de 1985.
Actualmente, la organización social persiste en busca de que la gente tenga una vivienda digna y decorosa en donde gocen de todos los derechos marcados en la Constitución.
INVI, un pilar frente a las inmobiliarias
En una ciudad donde se discute cada vez con más frecuencia el tema de la gentrificación, Barrientos señala que el principal reto como organización es conseguir terrenos baratos para que la gente pueda obtener una vivienda digna a través del Instituto de Vivienda de la Ciudad de México (INVI).
Además, se trabaja en conjunto para que los capitalinos puedan pagar créditos a muy bajos costos y que el programa de vivienda promovido por la Jefa de Gobierno de la ciudad, Clara Brugada, beneficie a los jóvenes en la renta.
Respecto a la labor desempeñada por el INVI, la representante señala que la institución ha sido el pilar de las organizaciones sociales, pues los recursos que el gobierno de la Ciudad de México ha dispuesto para esta dependencia permite que muchas personas accedan a viviendas a bajo costo.
“Permite que muchas de la gente que no puede comprar a inmobiliarias privadas, donde los departamentos salen en más de 5 millones de pesos (…) el INVI ha sido un parteaguas muy importante en el gobierno para que la gente pueda obtener una vivienda digna y decorosa”.
Respecto a las transformaciones de las exigencias y necesidades, Barrientos señala que ha habido muchos cambios desde los sismos del 85 y de 2017.
“Ha cambiado desde los sismos del 85, después con el sismo del 2017, posteriormente la pandemia, las necesidades van cambiando, la gente va teniendo otras dificultades y necesidades”.
Sin embargo, como organización han sabido incluir las nuevas demandas y necesidades a las construcciones actuales.


