I.- Encabezados por el cardenal antipapa Francisco: Rivera Carrera, los pederastas del clero político –donde se cobija y perdona a quienes abusan sexualmente de los niños–, se han rebelado contra el matrimonio civil-constitucional; burlándose de Peña. Retando y desafiando al gobierno y al Estado de Derecho, en nombre de su particular concepto metafísico, sustentado en el falso derecho natural (el jusnaturalismo), del matrimonio eclesiástico que, en el “otro mundo” tendrá significado, pero en éste carece de legitimidad y fundamento legal. Es lo incubado en el huevo de la serpiente, para impulsar el nuevo-viejo movimiento cristero, con tintes fascistoides, para, como hicieron en las elecciones, lanzar a las derechas y pseudo-izquierdas (PAN-PRD) a medir fuerzas religiosas contra la política de la separación de las iglesias y las libertades de creencias, mas no su participación en las conquistas democráticas que, sin la iniciativa peñista, iban ganando terreno para legalizar las uniones entre personas del mismo sexo, en el contexto de los derechos humanos.
II.- Es la rebelión pederasta de curas y creyentes violando niños, con la protección y bendición de Rivera Carrera. Otra vez la Iglesia católica, apostólica y romana, con algunas evangelistas, resucitan a las ultraderechas; y el reportero Luis Pablo Beaurehard (El País: 15/VI/16), se ocupa del asunto: “Organizaciones de católicos laicos (¿laicos?), buscan un papel protagónico en la política para defender a la familia tradicional y oponerse al matrimonio homosexual, el aborto, la eutanasia y la legalización de la amapola y marihuana”. Así lo confirma el vocero de la Arquidiócesis de México: Hugo Valdemar quien, con doce obispos, nos recuerda la reportera: Astrid Rivera (El Universal: 15/VI/16), promovieron el voto de castigo contra el PRI (o sea contra Peña) en las elecciones. Amenazando con la excomunión, el vocero reta al gobierno federal, a la Suprema Corte y a los Congresos de las entidades que ya aprobaron el matrimonio homosexual. Y asegura no temer una sanción de la Secretaría de Gobernación.
III.- En las páginas de su semanario: Desde la fe –de su infierno– (ahora que se exhibe en el museo Soumaya-Slim la puerta del escultor Auguste Rodin con los altos relieves del infierno de Dante Alighieri), expresan que “no hubo proselitismo explícito”, sensu contrario: fue implícito para votar a favor del PAN-PRD y apoyar a las derechas; en una rebelión cristera. Y si califican a la iniciativa presidencial de “un balde de agua fría”, el ataque de Rivera Carrera prende fuego a la pradera seca de las relaciones del gobierno con las iglesias en pie de guerra. Quiere la Arquidiócesis abrogar los principios de la “no intervención religiosa con fines políticos ni realizar proselitismo, en favor o en contra de candidato, partido o asociación política alguna”, fracción “e” del Art. 130 constitucional. La rebelión pederasta ha tirado la primera piedra traicionando su cristianismo (Giovanni Papini: Historia de Cristo); y para cocinar su ataque e incitar a la violencia, decidió la confrontación que puede liberar una guerra religiosa contra la Nación.
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