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La tragedia de la explosión de la pipa de gas entre esperanza y ayuda del pueblo

La última información disponible del Gobierno de la Ciudad de México revela que son 94 personas afectadas, de ellas ocho ya fallecieron y seis están en estado crítico.

A poco más de un día de la explosión de una pipa de gas en la alcaldía Iztapalapa, la tragedia cobra más fuerza entre las autoridades y la sociedad.

La última información disponible del Gobierno de la Ciudad de México revela que son 94 personas afectadas, de ellas ocho ya fallecieron y seis están en estado crítico.

Uno de los familiares afectados por el siniestro de ayer 10 de septiembre es el señor Juventino, hombre de fe y creyente de Dios, que tuvo que acudir al Hospital Regional Ignacio Zaragoza para ver a su hijo Edgar Álvarez Santiago.

Ante los medios de comunicación, el señor Juventino Santiago se muestra triste por la situación de su hijo, pero conmovido por el apoyo del hospital del ISSSTE y de la gente que está fuera de la institución de salud regalando agua o comida.

La tristeza que el hombre de la tercera edad refleja es consecuencia de que su hijo Edgar tiene el 90% de su cuerpo con quemaduras de tercer grado y se encuentra inconsciente.

Según relata, su hijo Edgar estaba detrás de la pipa de gas al momento de la explosión justo debajo del distribuidor vial “La Concordia”, en la salida a Puebla.

El hombre de 51 años venía solo en su automóvil, tras dejar en la preparatoria a su hija.

Juventino explica que su hijo fue víctima del siniestro porque un tianguis hizo que se desviara de la ruta que día tras día toma para cumplir con su obligación de padre.

“Yo creo en Dios y creo que Dios le va a dar esa oportunidad de seguir adelante para tener un testimonio en su vida y lo cuente hacia la familia, a sus hijos. Si Dios hace ese milagro es porque en verdad sí estuvo feo”, dijo momentos antes de entrar al hospital.

De la misma forma, Juventino explica que hasta el momento la empresa transportadora Silza no le ha buscado para ofrecer ayuda o reparar el daño.

Por el contrario, remarca que el Gobierno de la Ciudad de México sí se ha puesto en contacto con él y le ha brindado las atenciones necesarias.

Kermés altruista

Las palabras y el ánimo del señor Juventino Santiago se arropan en lo que parece una kermés de buena voluntad.

La gente que vive cerca del Hospital, incluso personas que no son de la alcaldía Iztapalapa, se dieron cita para regalar comida.

Tacos, tortas, sandwiches, chicharrón en salsa roja, arroz, agua de jamaica, agua natural y refresco es lo que ofrecen a los familiares de las personas quemadas por la explosión.

Jessica, una joven que decidió regalar comida, mencionó a este espacio que la decisión de ayudar fue porque el siniestro sucedió muy cerca de su casa y eso la hace sentir cercana a la tragedia.

La ayuda también se ha reflejado no solo en lo material, sino en lo espiritual. La señora Lucía tomó la banqueta de la calzada Ignacio Zaragoza para predicar unas palabras para aquellos que son creyentes de Dios.

“Estamos agradecidos por ese apoyo que nos brinda, en verdad”, dijo Juventino antes de ingresar al hospital regional.

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