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Lilly Téllez y Anabel Hernández: La invasión de la política por “La Hora Pico” y “Ventaneando”

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La llegada de Lilly Téllez a Morena fue una de esas “adquisiciones” que se hicieron durante la batalla electoral del 2017-2018. Junto con Germán Martínez, Carlos Urzúa y otros advenedizos, la “periodista” y reportera, que en los años noventa y principios de los dos mil era un esperpento esbirro de la ultraderecha pliegosalinista, vino como parte de ese paquete de trepadores y oportunistas que Andrés Manuel utilizó para lo que podríamos denominar su “Operación Lázaro”: incorporar, como lo había hecho el presidente Cárdenas, a personajes incluso deleznables del establishment oligárquico que le ayudarían a apaciguar un poco a sus enormes enemigos de las cúpulas empresariales, dándoles a entender que con estos individuos muchos de sus intereses permanecerían a buen resguardo.

También, tal cual calculó Cárdenas en su momento, Andrés Manuel sabía que estos señuelos se iban a hartar o dar la vuelta cuando se percataran de que todo era una vacilada: sus voces no iban a ser tomadas en cuenta; tan sólo funcionaban como utilería usada por el “Peje” para pasar por un candidato “cáchalo todo”, pero no tenía intención alguna de tomarlos en serio. Esta maniobra provocó la indignación de muchos amloístas que, desconociendo el antecedente histórico de Don Lázaro, consideraron traición este reclutamiento de lacras. Lilly Téllez aprovechó su llegada al proyecto de Morena a instancias de Monreal. Hasta podría decirse que fue un intercambio. La tipa llegaba a la cámara alta usando al partido, y el partido la usaba a ella para simular mensajes de paz con los rapaces de la IP. Así es la grilla, y a nadie sorprendió el viraje de la mujer, a no ser a unos cuantos desorientados.

Ahora Téllez quiere realizar un chapulineo mayor: ha empezado campaña para hacerse candidata presidencial, campaña iniciada oficialmente con un zafarrancho que armó en el Senado y la hizo ver como personaje de “La Hora Pico”. ¿El pretexto? Olga Sánchez Cordero declaró improcedente la controversia constitucional que la ya inestable “alianza opositora” quiso interponer contra el acuerdo establecido por el Ejecutivo para blindar sus proyectos insignia. Téllez echó mano de una maña legal, provocando a diestra y siniestra mediante insultos y desfiguros que alguien le respondiera sus agresiones para apelar a la vaina del “señalamiento personal”, algo que le permite al “señalado” pedir la palabra más tiempo del que le tocaba. Con el aplomo de una jurisprudente premium-platino, la presidenta de la cámara la dejó hablando sola cual demente sin techo, con todo respeto para los sin techo.

Todos aquellos que explicaron la salida de Olga Sánchez de la SEGOB en términos de “machismo”, “AMLO la corrió”, “AMLO la despreció”, y otros desvaríos, ahora YA SABEN por qué el movimiento maestro de Andrés Manuel: una experta de altísimo rango que se necesitaba en el Senado para domar a bestiecillas como Lilly y aplicar la ley dando pelea a los furibundos legisladores de los más ricos. Téllez le dijo “servil” a Sánchez Cordero sólo porque no quiso cumplir los caprichos de los potentados. Da risa que esta invectiva venga de una persona como Téllez, cuyo segundo nombre bien podría ser “Tapete”…

Lo cierto es que probablemente el sainete de la susodicha ya contaba con la aprobación del PAN, y se propongan colocarla desde la carta del género como candidata; sin embargo, el proyecto de Claudio X. Gonzáles, una especie de Liga de la Injusticia que va cambiando de nombres y fachadas, está sufriendo alteraciones en su parte legislativa, que de entrada podrían plantear dos conjeturas:

a) PRI, PAN y PRD se sienten amenazados por la extinción, y no quieren soltar el gran negocio que un partido político puede representar, así que harán lo que sea para subsistir, incluyendo el negociar con la 4T y abandonar temporalmente su rol de golpeadores del establishment financiero. Ya no es seguro que quieran ir en alianza al 2024, pues ello podría implicar su dilución, y les conviene más buscar candidatos propios. MC sería el primero que abandona el barco del “Señor X” para buscar otra opción oligárquica con “ideas frescas”.

b) Este establishment financiero sí tiene un “plan B”: El Diablo de FEMSA y el Grupo Monterrey pasarían a dar un refuerzo a la desgastada iniciativa del gallo Claudio, separando al partido que menos desprestigio tiene -según ellos-ante la opinión pública, para emular una especie de “tercera vía”. ¿Su muppet? Un Luis Donaldo Colosio que le quieren dejar caer al electorado masivo como de la nada, apostando a que el mito de su padre -en realidad balaceado por una riña entre gángsters priístas- le otorgue un halo de pureza desmarcado del “todos los que son iguales”. Los tres partidos “mayores” de la derecha jugarán con sus candidatos propios en acuerdo estratégico, para cercar por diferentes puntos la continuidad de la 4T.

A esto se agregaría el intento de confundir a las audiencias más desorientadas invirtiendo los papeles. Ahora Chumel y Claudio X. son de “izquierda” y Andrés Manuel de derecha. Es ahí donde entran los periodistas “independientes”, Carmen, Julio y Anabel, a “hacer el paro”, haciendo coincidir como por “casualidad” los resultados de sus “investigaciones” y “análisis” con la agenda propagandística de los “machuchones”.

En este segundo escenario, se entiende muy bien la sobre-exposición que Anabel Hernández está teniendo a raíz de su nuevo librete, un compendio de chismes que oscila entre su conocida narrativa del “narco-poder” y el Ventaneando. Buena táctica de los AMLO-haters: posicionar a una golpeadora del gobierno federal, dándole penetración profunda y “credibilidad” a través del chisme de la farándula.

Otra “rara” coincidencia: el libro de enredos “noir” en torno a señoras del espectáculo, enredos que en rigor no asombran a nadie pero entretienen a muchos, se sincroniza con los ataques de Anabel a la gestión presente, con sus acusaciones endebles de “narco-ur-fascismo”.

HRW sigue “recomendando” a Biden que meta (más) las manotas en México. El motivo fundamental de estas preocupaciones es la popularidad del Presidente mexicano y, “peor” aún, la amenaza de la reforma eléctrica para el orden establecido. La fraudulenta “resistencia” del CIDE está jugando su papel, pero eso para el último Luminol del Año.

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