(15 de junio, 2019. Revolución TRESPUNTOCERO).- Juana Antonio López, es la madre de familia, que el 19 de junio de 2016, durante la masacre en Asunción Nochixtlán, Oaxaca, no solamente salvó a sus dos pequeños hijos, sino también buscó a todos los menores de la colonia 20 de Noviembre y arriesgando su vida, los trasladó en una camioneta a otra comunidad para su revisión. Ya que muchos de los pequeños estaban intoxicados y sangrando producto de las bombas de gas lacrimógeno.
A casi tres años de la masacre, este viernes, 15 de junio, Juana fue víctima de violencia. Fue golpeada en el estómago, en sus partes intimas y en las piernas; su ropa fue rasgada y le robaron el celular. “Esto porque yo quería entregar de manera directa a las víctimas los acuerdos que CEAV me facilitó para recibir medidas de apoyo, sin embargo el líder de la colonia 20 de Noviembre y sus cercanos me amenazaron que si no les entregaba a ellos los documentos me sacarían de mi casa. Ahí comenzaron los abusos”, narró a Revolución TRESPUNTOCERO.
Por la violencia ejercida sobre pobladores de la colonia 20 de Noviembre, la CEAV reconoció a los afectados como víctimas y en abril pasado, la señora Juana fue nombrada como representante de los pobladores de esa zona. Ella señala que la Comisión le pidió una serie de documentación que incómodo a las víctimas, “porque se les hizo que eran muchos requisitos y sin respuestas rápidas, pero pensaron que era mi culpa, cuando yo solo cumplía con lo que me pedían”, indicó.
Cuando Juana regresó de realizar los trámites en CEAV, los pobladores de la colonia ya la acusaban de “traición”. Durante una asamblea, Juana explicó que no había faltado a la confianza de los colonos y que como representante de las víctimas de esa zona, ya tenía las respuestas de CEAV y se las entregaría a las “víctimas legítimas”.
Esto porque, “muchos de los colonos que peleaban y me decían que yo los traicionaba no eran víctimas y querían ser anotados en las listas para recibir apoyos. En otros casos había víctimas que querían que cada miembro de la familia recibiera apoyos, como esto no fue posible comenzaron a atacarme, principalmente el líder de la colonia que forma parte del Frente Popular Revolucionario (FPR) que se unió al Comité de Víctimas (COVIC), que tiene a su cargo la representación de algunas de las víctimas de la tragedia”, explicó.
Cuando a Juana el líder de la colonia la presionó para entregar los documentos proporcionados por CEAV, ella se negó. “No era para los líderes, era para las víctimas y yo era su representante. Entonces me amenazó: ‘si no va entregarnos los papeles dejará de ser militante de la organización y agarre sus cosas y váyase de la colonia ahora mismo. La desconocemos y ya no tiene posesión de la tierra y quien esté con usted se debe ir’, me dijo”.
Preciso es mencionar que todos los trámites que realizó Juana Antonio se vieron reflejados al siguiente mes, cuando las víctimas comenzaron a recibir las medidas de apoyo correspondientes. “En esa asamblea me destituyeron y nombraron a una pareja que no fueron víctimas del 19 de junio”.
Juana también comentó que en las reuniones que se realizaban el líder de la colonia, “daba órdenes que nadie se me acercara, tampoco me hablaran y que comenzaran a hostigar y molestar para que yo me cansara y tomara mis cosas y me fuera de ahí. Yo no hice caso porque las tierras están bajo el cuidado del Tribunal Agrario, no son de ellos. Después que yo di mi vida para salvar a los niños, ahora es a mí a quien atacan cuando esa organización del FPR ni siquiera estuvo en el apoyo ese día. Pero dice la gente que son órdenes del líder de la colonia y si no cumplen los sacarán de la colonia”.
También denunció que, en días pasados, cuando su pequeña hija regresaba del jardín de niños que se encuentra dentro de la misma colonia, la detuvo una persona y le entregó un papel, donde le advertían a Juana que “tuviera cuidado”, porque comenzarían a quitarle sus cosas y a destruir su casa.
Juana no le dio importancia pero este viernes, mientras compraba el gas “alguien tocó el silbato y de pronto se vino mucha gente de la colonia, en su mayoría mujeres, y comenzaron agredirme. Me dijeron: ‘traicionera, lárgate. Hija de tu chingada madre. Pinche vieja puta. Un montón de groserías me decían mientras un señor de nombre Roberto, les dijo que me agarraran entre todas y quítenle el celular.
Eran como ocho mujeres las que me agarraron y comenzaron a pegarme en mis manos, en mi estómago, es mi espalda. Hasta rompieron mi ropa. Yo hacia un esfuerzo para no entregar mi celular pero comenzaron a darme puñetazos para que yo lo soltara y no pude más y me lo lograron arrebatar”, narra Juana.
Ella recuerda que tomaron piedras y quisieron aventárselas, después de haberla agredido verbal y físicamente. Juana salió de la colonia para poder buscar asistencia médica derivado de los severos golpes. También acudió al MP a rendir una declaración y levantar una denuncia -en poder de esta reportera- donde narra los hechos violentos.
Sin embargo, teme por la vida de sus dos pequeños hijos y su esposo, quienes aún se encuentran dentro de la colonia. En tanto, el líder de la colonia negó la ayuda a Juana para detener la violencia, ya que dijo: “ahorita están muy agresivos, nada se puede hacer”, esto mientras ella le señala que “ellos actuaban bajo sus órdenes”, de acuerdo a lo declarado por algunos colonos.
Juana reitera que esto sucede porque se ha querido presionar para que personas que no son víctimas del 19 de junio puedan obtener en los apoyos que otorga CEAV, como medidas de ayuda. En tanto, ella espera que después de la denuncia se realice una investigación contundente, ya que ella tiene plenamente identificadas a sus agresoras.