La automotriz japonesa Mazda confirmó que mantendrá sus operaciones en México, pese al clima de incertidumbre provocado por las nuevas políticas arancelarias impulsadas desde Estados Unidos. La presidenta Claudia Sheinbaum aseguró que la compañía ratificó su confianza en el país durante una reunión privada con su director ejecutivo mundial, Masahiro Moro, celebrada en Palacio Nacional.
Durante el encuentro, se abordaron temas de inversión, innovación tecnológica y el papel de México dentro del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Sheinbaum explicó que, a pesar de los ajustes internacionales, la economía nacional se mantiene fuerte y con perspectivas de crecimiento, particularmente en el sector automotriz.
En Palacio Nacional recibimos al director ejecutivo mundial de Mazda Motor Corporation, Masahiro Moro y su equipo; hablamos de inversiones en nuestro país y del Plan México. La economía está fuerte. pic.twitter.com/Fv7B1jCeSj
— Claudia Sheinbaum Pardo (@Claudiashein) October 22, 2025
México, pieza clave en la estrategia global de Mazda
La compañía japonesa, fundada en 1920 en Hiroshima, cuenta con presencia en más de 130 países, un promedio de 1.4 millones de vehículos vendidos al año y cerca de 50 mil empleados en todo el mundo. México forma parte de su red de producción junto con Japón, China, Tailandia y Estados Unidos.
Durante la reunión en Palacio Nacional, se discutió la posibilidad de incrementar la producción de vehículos eléctricos e híbridos, aunque por ahora —según coincidieron ambas partes— los autos híbridos representan una opción más funcional para el mercado nacional, al no depender de infraestructura de carga eléctrica.
Tensión arancelaria: del plan ‘B’ a la confianza renovada
En 2024, Mazda había considerado un “ajuste de dirección” en su estrategia de inversión en México ante las amenazas arancelarias del presidente estadounidense Donald Trump, según declaró el director de la compañía en México, Miguel Barbeyto, a Bloomberg.
“Queremos seguir invirtiendo en el país”, dijo entonces, aunque advirtió que sin certeza jurídica “no sería un buen negocio para Mazda”.
Esa posición cambió tras las negociaciones directas encabezadas por Claudia Sheinbaum durante 2025, en las que México evitó los nuevos gravámenes que afectaron a otros países exportadores de autos. Gracias al T-MEC, el país mantuvo su competitividad en la industria automotriz y aseguró estabilidad para las armadoras instaladas en su territorio.
Plan México: inversión, innovación y confianza
La presidenta destacó que la permanencia de Mazda es una muestra de confianza en el entorno económico mexicano y en la política industrial impulsada por su administración. El Plan México, añadió, busca atraer nuevas inversiones, fortalecer cadenas de valor y posicionar al país como un centro de innovación en movilidad sustentable.
En la Mañanera del Pueblo de este 22 de octubre, Sheinbaum subrayó que el caso de Mazda representa “una señal clara de estabilidad económica” y de que las empresas globales ven en México un socio confiable, con reglas claras y visión de futuro.
El futuro: autos híbridos, empleos y expansión
Con la confirmación de Mazda, México asegura la continuidad de una inversión estratégica en su sector automotriz, que genera miles de empleos directos e indirectos en la cadena de proveeduría nacional.
La compañía y el Gobierno mexicano coincidieron en que el siguiente paso será impulsar la producción de autos híbridos, adaptados al mercado interno y con una visión de transición gradual hacia la electromovilidad.
La decisión de Mazda refuerza el papel de México como punto clave de manufactura y exportación en América del Norte, y como un país que mantiene la confianza de la industria automotriz internacional, aun en medio de la tensión comercial global.