(10 de mayo, 2020. Revolución TRESPUNTOCERO).- El Sol de México se ha desempeñado como uno de los principales medios opositores al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, con múltiples intentos por desprestigiar cualquier medida o declaración que provenga de Palacio Nacional.
Pero la animadversión del periódico hacia el Ejecutivo no es fortuita, data de la llegada de Sanjuana Martínez a la Agencia de Noticias del Estado Mexicano (Notimex) y su eventual revisión del contrato de suscripción entre la administración peñista y la Organización Editorial Mexicana (OEM), a la que pertenece El Sol de México.
La conclusión fue que había corrupción y que la OEM necesitaba regularizarse y pagar los justo, cosa que no les agradó mucho a los directivos, tanto de la organización como del mencionado diario, por lo que desde entonces se obstinaron en aprovechar su plataforma para ejercer una vendetta política.
Algunos de sus intentos fallidos más vistosos ocurrieron la semana pasada, cuando un par de reporteras del medio mutaron en portavoces de los también encolerizados exsecretarios de Salud de los gobiernos panistas y priistas, tratando de provocar al subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, en sus ya habituales conferencias vespertinas.
Primero, Saraí Uribe trató de citar o parafrasear a José Narro y, al no poder exponer sus cifras ni argumentos, terminó sumida en los nervios, el tartamudeo y el silencio, ante la reacción de López-Gatell: “a ver, cuénteme más”.
Minutos después, mientras el funcionario respondía a otro periodista y describía las deficiencias hospitalarias que le heredaron los gobiernos anteriores a la nueva administración, dirigió su mirada hacia la reportera y expresó: “Me acordé del doctor Narro: 307 hospitales quedaron abandonados en la administración anterior”.
Al otro día, El Sol de México mandó a una reportera diferente, Nurit Martínez, que de manera más agresiva increpó al epidemiólogo, también jugando a ser vocera de las opiniones de exfuncionarios de salud del PRI y del PAN, pero de nuevo sin cifras, sin datos e incluso sin preguntas concretas.
Ante la confusión y la lluvia de comentocracia de la reportera, López-Gatell se limitó a decir: “Bienvenida la crítica, bienvenida la opinión, bienvenida la libertad de expresión”. Pero la duda que se quedó en el aire fue: “¿por qué no regresó Saraí Uribe con los números de Narro que prometió llevar al día siguiente?”.
Quien aparentemente terminó pagando los platos rotos de sus ahora excompañeras y recibió la furia de Hiroshi Takahashi, director del diario, fue la periodista y escritora Isabel Arvide Limón, quien denunció que “la corrieron” de El Sol de México, por hablar bien de López Obrador en sus columnas.
Irónicamente, al tercer día ya no llegó reportero de ese medio a la conferencia de la Secretaría de Salud; o se cansaron de enviar kamikazes del ridículo, o se replegaron un poco para planear mejor su siguiente intento de revancha.
