Los acontecimientos de los últimos días llevan al cuestionamiento: ¿en qué momento nos convertimos en un país en donde reina la corrupción y el cinismo? Habría que analizar muy a fondo cuando se comenzó a dar este fenómeno que se ha convertido en la gran amenaza nacional, en el generador de fortunas incalculables pero también de una pobreza insultante y de entregas al mejor postor del patrimonio que por generaciones debiera conservarse para beneficio de quienes habitamos estas tierras. Un recorrido por el viaducto Miguel Alemán hasta llegar a la glorieta conocida como “de Petróleos”, es el mejor ejemplo que nos viene a la mente por una y mil razones.
Hasta ahora y desde su construcción, tal obra no ha sufrido un sólo derrumbe y eso que hace ya más de 50 años y que no existían todos esos adelantos con los que cuentan los encargados de estas vialidades. No son para nada frecuentes los cierres de este paso vehicular por la necesidad de repavimentarlo, tampoco se ha derrumbado ninguno de los pasos a desnivel, ni se ha afectado la red de drenaje de aguas negras como tampoco la de agua potable o lo que antes era potable. O sea que no había entonces la entrega de porcentajes para la realización de estas obras que cayeran en manos de quienes sin escrúpulos exigían más y más sin importar la calidad de los materiales con los que tales proyectos se realizarían.
Ni que decir del periférico Adolfo López Mateos, tampoco ha sufrido las averías que registran, por ejemplo, los segundos pisos, los flamantes gigantes que se inundan en cada lluvia. El choque de trenes en la línea del Metro es otro claro ejemplo de los momentos en los que los funcionarios se hundieron en la corrupción y comenzaron a desatarse ambiciones sin límite. La primera línea, la construida en los tiempos de Díaz Ordaz, la que recorría la avenida Ignacio Zaragoza, atravesando la zona del aeropuerto y hasta llegar a lo que era una terminal camionera conocida como San Lázaro, no ha sufrido desde entonces las averías que han caracterizado a las obras de este transporte en los años recientes estando la regencia y la jefatura de gobierno de la capital de la República bajo el mando de diferentes partidos.
Tan no se habían logrado incrustar las mafias de la droga hasta las entrañas del poder y de algunos sectores de la sociedad, entre los cuales se encuentran tanto los ligados a la iniciativa privada como los de instituciones bancarias y autoridades hacendarias, que deberían vigilar el manejo de la Bolsa de Valores, que las avenidas como Paseo de la Reforma y hasta la glorieta de Petróleos permanecían adornadas con amapolas, flor que llevó incluso a la composición de una canción que durante más de una década estuvo de moda. Hoy, es planta supuestamente prohibida pero que ha generado toda una fortuna anual y lo mismo ha cobrado cientos, miles de víctimas en Guerrero, en la Entidad que se caracteriza por la producción de ésta especie y que genera ingresos por más de 39 mil millones de dólares anualmente.
¿Cómo fue que de un momento a otro o de un sexenio a otro se cayó en el extremo y se comenzó a fincar con fuertes raíces la corrupción, el cinismo, la impunidad? Algunos señalan a los tecnócratas, es decir a la llegada de quienes carecían de antecedentes de participación política y sólo habían desempeñado cargos dentro de la administración pública. De ser así, entonces todo comenzó con Luis Echeverría y su cofradía de jovencitos a los que pretendió politizar y con los que solo logró abrir la brecha en la que hoy se hunde el país. Ni que decir que con la llegada de José López Portillo todo creció en este ámbito y se llegó al nepotismo que si bien ya existía no era motivo de orgullo ni de presentación abierta y directa sin importar lo que la población opinara al respecto.
Llegó entonces hasta el descenso de la unión familiar. Se sabía que los matrimonios se conservaban por mera cuestión de protocolo, por una prohibición de divorcio que emitía la propia sociedad. Y en eso no importó que se supiera que la primera dama tenía manera de cobrar las afrentas sobre las infidelidades del Ejecutivo Federal actuando de igual manera, menos aún que se supiera de veneraciones a la madre y la existencia de un entorno en donde el matriarcado estaba por encima de las decisiones políticas, de las responsabilidades para aquellos a los que sin tener enfrente ninguna oposición emitieron el voto.
No parece entonces que la llegada de Miguel de la Madrid representara un cambio en un camino que ya había sido iniciado y que se profundizó al admitirse con gran orgullo a quienes llevaron a cabo sus estudios universitarios en el extranjero y ahí se llenaron de suficiente material para apreciar las riquezas existentes en estas tierras y determinar el grado de estupidez que acompañaba a quienes, con la confianza puesta en las autoridades, se limitaban a acatar todas las determinaciones que el gobierno tomaba sin mayores protestas. Campo más que fértil para el enriquecimiento personal basado en la ambición de convertirse en sujetos de atracción en un mundo globalizado y lleno a multimillonarios por generaciones.
Al parecer hemos olvidado que hubo un México en el que la corrupción actual era inexistente en las dimensiones que hoy registra. Traidores y vendedores de Patria los hemos tenido a lo largo de toda la historia y con ellos se han llenado las páginas negras, pero también se han saturado pensamientos que han logrado borrarlos y no parece que los más viejos de cada familia se empeñen en hacer ver a las nuevas generaciones que cuando se conoce el pasado de cada pueblo se tienen también oportunidades de saber hacia donde debe caminar el nuevo rumbo para no repetir los mismos errores. A no ser que estemos sufriendo el Síndrome de Estocolmo, no es posible explicar que se vuelvan a emitir votos por aquellos que nos han demostrado a cada paso en donde radican sus verdaderos intereses.
Y ahí está, más que demostrado, como la mafia ha ido apoderándose de Municipios y domina en varias de las Entidades de la República. Como van ocupando el papel de la autoridad y ejercen sus propias leyes y de que manera han trabajado las instituciones hacendarias como las aduanas en donde ya se ve se permite la importación de armamento de alto poder. Lo que a continuación sigue demuestra claramente este empoderamiento en el cual la sociedad solo sigue pagando cuota de sangre por seguir ocupando estas tierras.
