(02 de junio, 2014).- Desde hace tiempo Brasil vive un contexto socialmente “tenso” dado las prioridades establecidas por el gobierno en la distribución del gasto social en el país sudamericano, el malestar ha sido potencializado por los gastos realizados en torno al Mundial de Fútbol. Para Massimo Modonesi, historiador, sociólogo y latinoamericanista, el fútbol es un negocio, un distractor, motivo de protestas, pero también de grandes pasiones legítimas.
El conflicto en Brasil
“Lo que se está gastando en el mundial en relación con lo que se está gastando a nivel social y las deudas pendientes que se tienen con sectores de la población en Brasil es enorme, además de que el propio gobierno de Dilma Roussef está apoyando a la producción de transgénicos, está haciendo otras operaciones económicas que demuestran que su prioridad no es seguramente la política social sino que la política social es un factor de contención de la protesta, cosa que le funciona y no”, asegura Modonesi en entrevista con Revolución TresPuntoCero.
El académico, quien es profesor titular del Centro de Estudios Sociológicos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), recuerda que fue el impulso social que hoy está en las calles, el que en su momento permitió Lula da Silva llegar a la presidencia de Brasil y luego a Dilma Roussef, protestas, acción colectiva, un empuje de corte antineoliberal.
Ahora, señala Massimo, lo que se construye con ese gobierno es “un intento de transición a un posneoliberalismo muy liberal y muy abierto al mercado”, contexto en el cual a decir del mismo, emergen formas de protesta que se encuentran visibles al ser el centro de atención en el Mundial de Fútbol.
La pasión por el futbol
Massimo Modonesi tiene la misma pasión por los movimientos socio-políticos en México y América Latina que por los debates marxistas y el fútbol.
Para éste, la Copa Mundial de la FIFA 2014 se verá permeada por la espectacularización, la mediatización, la transformación del deporte en negocio, razón por la cual en este momento, pierde su esencia de deporte popular para “traicionar” las pasiones por las “mediaciones mercantilizadoras”.
El futbol es popular, dice Modonesi, un deporte poco costoso que tiene “algo plebeyo, de barrio”, un deporte colectivo, donde “el equipo genera hermandad y se confronta con los otros, una cuestión identitaria”, situación que logra expandirse a la afición.
Los goles, al ser esporádicos, resultan “orgásmicos”, suceden de vez en cuando, dice entre risas Modonesi, ya que asegura, tiene algo de pasional de por medio.
Futbol mexicano, ¿deporte, negocio o distractor?
El fútbol es un negocio en todas partes, asegura Massimo Modonesi, sin embargo destaca que es “también cierto que el negocio construye pasiones, hay una industria del fútbol que construye apasionados, no sólo los aficionados son expropiados de su objeto de deseo que es el fútbol […] al mismo tiempo, la industria construye afición”.
Para el sociólogo, en México, el fútbol es un gran negocio que “hace que se perviertan ciertas dinámicas y que se construyan ciertos mundos de afición”, asegura.
Los medios de comunicación no sólo venden el deporte, sino resultan factores fundamentales en la creación de afición a través de anuncios e incluso a través de las camisetas.
“Las camisetas están manchadas de una cantidad de marcas que no deberían de estar, siento que es una muestra gráfica de cómo se ha ido apoderando el mercado y el consumo del fútbol”, El color, advierte, queda en segundo plano. “Casi no se ven los colores, uno para ver el color de la camiseta tiene que atravesar palabras, una serie de marcas, de productos”, narra Modonesi.
En cuanto al debate en torno al Mundial en México como sinónimo de distracción, Modonesi coincide con aquellos que señalan la “coincidencia” entre los partidos de fútbol de la selección mexicana con el de los debates legislativos, incluso, advierte que históricamente y conociendo los hábitos de la clase política, el evento deportivo mundial es un claro distractor.
“Todos los presidentes mexicanos soñaron con éxitos de la selección para garantizar legitimidad, estabilidad de su gobierno”, resume el académico.
Las quinielas
“Mi pronóstico está atravesado por la pasión, yo quisiera que México llegara lo más lejos posible, que Italia llegara a la final o que ganara, quisiera que no ganara Brasil porque eso generaría una tensión, en realidad por otras razones podría pensar en la victoria de Argentina”, son los primeros equipos que vienen a la mente del sociólogo y fan del fútbol.
Como buen aficionado, dice Massimo, da seguimiento a clubes y jugadores, no a selecciones, por ello enumera a miembros de equipos como Alemania así como destaca a selecciones latinoamericanas que si bien asegura no llegarán lejos, podrán hacer buenos papeles, tales como Colombia, Ecuador y Chile.
“Hay que ver”, concluye Massimo Modonesi al insistirle en su favorito.