(17 de octubre, 2014).- Recientemente, las autoridades locales afirmaron que los grupos de narcotraficantes en Colombia iniciaron los envíos de grandes cantidades de pasta base de cocaína (PBC) a Europa, aunque su paupérrima infraestructura de procesamiento y el escaso mercado que encontrarían, hace difícil pensar que eso verdad.
En los últimos 11 meses, la Policía Nacional de Colombia ha decomisado tres cargamentos con PBC que pretendían exportarse. La última de ellas se produjo en el puerto de Barranquilla, que da al océano Atlántico, donde se hallaron 460 kilogramos de la pasta base en troncos de madera con destino a Lisboa, Portugal.
Anteriormente, en enero de este año, se incautaron 403 kilos antes de que salieran de la ciudad de Nariño, Departamento homónimo, con rumbo a México por vía aérea, mientras que en noviembre pasado fueron 141 kilos decomisados en Santa Marta, cercano de Barranquilla, que buscaban llegar a Belgica.
Rodrigo Restrepo Londoño, comandante del cuerpo policiaco antinarcóticos, aseguró a la prensa local que esta modalidad de tráfico era más económica. “Es más barato comprar un kilo de base de cocaína en Colombia, que el mismo kilo de clorhidrato y, sin embargo, en el exterior genera las mismas ganancias”, declaró el funcionario, quien también aseguró que probablemente una parte de la PBC se procesa directamente en Europa.
La relaciones criminales entre los traficantes colombianos y el mercado europeo lleva ya un tiempo con los envíos de cocaína, aunque normalmente la droga que decomisan las autoridades es encontrada en un polvo puro derivado del cloruro de hidrógeno (HCL), por lo que las afirmaciones de Restrepo generan dudas.
Por su facilidad de producción, la pasta base resulta más barata que la cocaína pura, factor que asegura mayores ganancias y un menor impacto económico para los traficantes. Por otra parte, en caso de que verdaderamente existan laboratorios para procesar la PBC, se estaría hablando de una nueva faceta del mercado de cocaína en el viejo continente.
Una hipótesis que tampoco suena descabellada, planteada por algunos especialistas, es que los traficantes hallaron un nuevo mercado al vender la PBC para que se fume como una droga económica, como ha sucedido en Latinoamérica, con grandes dividendos para el crimen organizado.
