(25 de junio, 2015. Revolución TRESPUNTOCERO).- José Sánchez era un hombre a quien la sociedad que pasaba a su lado lo invisibilizaba, pero su muerte lo convirtió en alguien tan conocido como una celebridad nacional. El 21 de octubre de 2013, siendo parte de los millones de mexicanos que viven en extrema pobreza, murió en el patio del Hospital General de Guaymas, Sonora, cinco días después de medio dormir y despertar, en el mismo sitio, esperando que alguien accediera a prestarle atención médica gratuita, lo que no pasó por no tener un seguro o dinero.
María Eugenia Veloz tenía 34 años cuando fue diagnosticada con un tumor maligno en el seno derecho, al asegurarle que era una operación de bajo riesgo, pocos fueron los estudios pre operatorios que le pidieron. Omitieron el electrocardiograma y por complicaciones provocadas por la anestesia falleció en una clínica de gobierno de Chiapas.
“No son casos aislados, ni son solamente cifras, hay humanos detrás de estos datos, incluso deben calificarse como homicidios; la negligencia médica es la principal pandemia que vive México desde hace décadas, la cual desde finales de 1990 ha superado las cifras de enfermedades mortales, como la insuficiencia renal crónica, producto de la desatención del paciente, al seguimiento a profundidad de los casos y al abandono de la investigación”, explica a Revolución TRESPUNTOCERO, la catedrática visitante de la universidad de Cambridge, Emma Hans, médico y especialista en humanismo.
“Y no, no se habla de la invención de nuevos fármacos, sino aquella donde el médico debería estar versado sobre las alternativas que dará al paciente, al ser humano que, al igual que todos, tiene derecho a luchar por su vida y le ha dado su confianza para que lo ayude, olvidándonos de esta idea, se recetan medicamentos que incluso llevan prohibidos en varias partes del mundo, desde hace 10 o cinco años, y lo anterior es sólo uno de miles de ejemplos, sobre negligencia médica”, agrega.
Mireya Garay, de 25 años, presentó un cuadro diabético que la obligó a mantener un tratamiento permanente, a base de metformina, para regular su glucosa, al mismo tiempo, y sin saberlo, padecía un daño renal, luego de varios años de consumir dicho medicamento, su enfermedad renal se aceleró, debido a que las pastillas no son recomendadas en pacientes con deficiencias renales, hoy está en proceso de predialisis en Xalapa, Veracruz.
Según las cifras de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (Conamed), de cada 100 quejas interpuestas por negligencia médica en el país, sólo dos concluyen con fallos contra el doctor investigado. Siendo las principales quejas: mala relación médico-paciente, errores en cirugías y un diagnóstico equivocado, situaciones que fueron mencionadas, en suma, alrededor de cinco mil 86 ocasiones por los quejosos.
En cuanto a los servicios, la mayoría de las quejas están relacionadas con los servicios de:
• Urgencias médicas (214 casos)
• Ortopedia General (212 casos)
• Cirugía General ( 147 casos)
• Medicina Familiar (134 casos)
• Obstetricia (118 casos)
• Oftalmología (105 casos)
A finales de 2013 se promovió la cifra más alta de procesos, con 1775; de los cuales 43 derivaron en un “laudo” condenatorio para el acusado, de estos, seis fueron eximidos de responsabilidad, y solamente se determinó la existencia de malas prácticas por parte de terceros involucrados en los casos (enfermeras, anestesiólogos).
En cuanto al número de quejas recibido por cada institución de servicio médico en México, la Conamed identifica al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en el primer sitio, con un total de mil 88 expedientes, seguido por el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), con 319 casos, a estos órganos se suman los consultorios privados, que registraron 287 inconformidades; lo que equivale a 14 por ciento de los asuntos iniciados en todo el año anterior.
El 25 de septiembre de 2011 Germán sintió con un fuerte dolor abdominal, por lo que sus padres lo trasladaron a una clínica privada, donde se le diagnosticó apendicitis, por lo que fue operado. Momentos más tarde de haber entrado a quirófano, el médico salió y explicó a la familia que el joven de 30 años tenía un tumor cancerígeno y por ello cortarían un pedazo del intestino.
Germán no volvió a ser el mismo, despertó pero quedó en estado parapléjico, el cual ha padecido su familia, por los médicos involucrados fueron exentos de culpabilidad por el juez del caso.
“Para ejercer una profesión donde la vida está en riesgo, se debe ser un humano noble, los errores existen, son inevitables en un sinnúmero de ocasiones, y no se habla de una manera generalizada, pero muchos no tienen amor por su profesión, juegan y se burlan de los pacientes en quirófano, llegan a casa y sin guardar el secreto profesional, cuentan el historial de sus pacientes, recetan lo que se les ha venido a la cabeza, y no invierten tiempo en investigar qué otras alternativas existen ya en el mercado”, afirma Hans.
Y comenta, “en gran parte del territorio mexicano, en casos muy puntuales como una cirugía de hernia umbilical, los médicos siguen practicando operaciones vía procesos ‘antiguos’, porque nunca han dedicado una parte de su tiempo a practicar el método más reciente, el cual consiste en la colocación de una malla sintética, a manera de protección de los intestinos, evitando así que vuelva a resurgir la hernia”.
México, Durango, Baja California Sur, Quintana Roo, Chihuahua y Zacatecas son entidades que aún no cuentan con una Comisión de Arbitraje Médico, para investigar, resolver y regular denuncias sobre negligencias médicas, lo que provoca que los pacientes estén desprotegidos, sin defensa alguna a la hora de ser víctimas de la negligencia médica, ya que de querer denunciar, tienen que viajar hasta la capital del país para presentarla, lo que consiste en desgaste físico y económico, además de preferir no hacerlo, ante la poca confianza que se tiene de obtener un resultado satisfactorio a su queja”.
El médico intensivista Antonio Galaz asegura que, “es indispensable comenzar con el nivel básico de aprendizaje médico, ya estando en clínicas, obligar a nunca olvidar que estamos hablando de vidas, trabajar en una mayor seguridad del paciente, elevar la preparación del personal médico, ya que los errores mortales son demasiado frecuentes”.
El también miembro del Colegio de Médicos, explica que “las principales tragedias se producen en el quirófano, porque cometemos el craso error de creernos dioses, que todo lo que pensamos y hacemos es la única solución y nadie nos puede cuestionar, no dudamos del procedimiento, también insultamos al paciente, ‘a ver, tráeme al moribundo de la cama dos’, una terrible falta de respeto; tienen nombre y son tan humanos como nosotros, y ese tipo de cuestiones irrespetuosas han provocado accidentes gravísimos, ‘trae al gordo’, la enfermera lleva a quien le parece que es el paciente, le amputan una pierna y no, no era el que necesitaba dicho procedimiento, esto en Baja California”.
“No solamente la enfermera, también el médico debe saber cómo bajar al paciente de la cama, brindarle confianza; en muchas ocasiones el médico opera y se va, se olvida, el enfermo regresa con un dolor incontenible, muchas veces porque quien operó estaba distraído, las enfermeras no prestaron atención y le dejaron un instrumento quirúrgico dentro del organismo, o se muere o lo tienen que volver a intervenir debido a la infección que está padeciendo”, comenta.
Galaz agrega, “si el humanismo no es parte del médico, entonces que se dedique al comercio, porque en efecto se ponen una bata y sólo piensan en el dinero que les dejará ‘el negocio’, porque su profesión es eso, una máquina registradora, cuantas más cirugías, mayores ganancias, sin importar explicar los riesgos y agotar alternativas viables, convirtiendo así al paciente en un objeto con el cual lucrar”.