De acuerdo con información de la organización Greenpeace, cerca de 13 toneladas métricas de plástico llegan a los mares por año.
Esta alarmante cifra ha motivado a los gobiernos regionales de todo el mundo a buscar medidas para frenar la creación de tales cantidades de basura. El municipio de Nicolás Romero, en el Estado de México es un claro ejemplo de ello
Así -para sumarse a los esfuerzos en materia ambiental de la agenda 2030- una hoja de ruta para erradicar la pobreza, proteger al planeta y asegurar la prosperidad para todos sin comprometer los recursos para las futuras generaciones- el municipio mexiquense de Nicolás Romero incorporó el bando municipal 2019 la limitante para que establecimientos entreguen bolsas de plástico que no sean biodegradables con fines de envoltura.
Con esta medida, Armando Navarrete -edil morenista- ha tomado medidas relativas al cambio climático en las políticas, estrategias y planes nacionales.
El municipio también trabajará para frenar la contaminación causada por popotes y envases de unicel -que en promedio tienen un periodo de uso de 30 minutos y tardan 500 años en desintegrarse_, siendo estos una de las principales contaminantes que afectan no solo los ecosistemas terrestres, sino marinos.
Esta disposición, entró en vigor el 5 de enero.
