Con apenas diez años de edad, David Camacho convirtió las agresiones que vivió en la escuela en una oportunidad para innovar. Con un coeficiente intelectual de 162 puntos, dos más que los atribuidos a Albert Einstein, este niño mexicano diseñó Macayos, una plataforma interactiva que busca reducir los casos de bullying mediante herramientas de autoconocimiento, empatía y juego.

El proyecto, incubado en Startup México, opera bajo un modelo B2B y B2C, lo que permite que escuelas o familias adquieran licencias personalizadas por ciclo escolar. En su interfaz, los niños identifican sus emociones a través de una ruleta digital —tristeza, enojo, frustración o alegría— y avanzan en escenarios tridimensionales que promueven el equilibrio emocional.
Además de contar con el apoyo del Tec de Monterrey, la Universidad Anáhuac y la Universidad Autónoma de Coahuila, Macayos busca integrarse próximamente con la Universidad Pedagógica Nacional para extender su impacto educativo. Según David, la aplicación “no reemplaza la labor de un psicólogo, sino que brinda herramientas para que los niños comprendan lo que sienten y aprendan a expresarlo”.
El talento de Camacho llamó la atención durante Mentes en Acción: Hecho en México, un programa impulsado por la Secretaría de Economía con formato similar al de Shark Tank, donde obtuvo mentoría de Rodrigo Herrera, Arturo Elías Ayub, Ana Victoria García y Mauricio Schwartzman.
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Su siguiente reto será representar a México en el Heilbronn Slush’D 2025, en Alemania, el 23 de octubre, evento que conecta a jóvenes emprendedores con universidades e inversionistas de todo el mundo. El niño poliglota —que domina alemán, francés, inglés y español, además de estudiar ruso, portugués e italiano— competirá con un discurso completamente en alemán.
Actualmente, David estudia en línea en International School, lo que le permite combinar su formación con el desarrollo de su empresa. Afirma que “la disciplina es el motor de todo y la pasión lo impulsa”. Su madre, Claudia Flores, destaca que su hijo “siempre encuentra la chispa para levantarse todos los días, incluso cuando las circunstancias no son fáciles”.
Antes de concluir, el joven emprendedor lanzó un mensaje a la iniciativa privada:
“Invertir en la niñez es la mejor inversión para México. Los niños no somos el futuro, somos el presente y podemos crear un país más fuerte si apostamos por la educación emocional y tecnológica”, finalizó