Por Angie López
@anjunkie3_0
La última película del director chileno Pablo Larraín está nominada al Oscar como mejor película extranjera. Aunque el actor protagónico, Gael García, expresara gran júbilo en twitter por la nominación, Larraín indicó que su favorita para ganar es Amour, del director austriaco Michael Haneke. Independientemente de ganar la estatuilla dorada o no, No es un largometraje relevante para la audiencia latinoamericana.
“Cuando el dictador militar Augusto Pinochet, al verse presionado por la comunidad internacional, convoca un plebiscito ciudadano en torno a su permanencia en el poder en 1988, los líderes de la oposición persuaden a un atrevido y joven creativo de publicidad, René Saavedra (Gael García Bernal), para que encabece su campaña. Con recursos limitados y bajo el constante escrutinio de los vigilantes del déspota, Saavedra y su equipo conciben un audaz plan para ganar la elección y liberar a su país de la opresión”, sintetiza la página de la película No.
El filme No ganó el Premio Art Cinema de la Quincena de Realizadores, una de las secciones del Festival Internacional de Cine de Cannes. El reconocimiento fue otorgado por un jurado internacional entre el que había programadores fílmicos independientes de la Confederación Internacional de Cines de Arte y Ensayo.
No es una coproducción de Chile, México y Estados Unidos que narra la historia del publicista René Saavedra, quien acepta trabajar en la campaña de la oposición al régimen de Pinochet: “No” a la permanencia del general en el poder. El gobierno chileno convocó a un referéndum el 5 de octubre de 1988 y al ganar la opción “no”, Augusto Pinochet tuvo que dejar el poder.
La película fue filmada con cámaras que operan en el antiguo formato de video Umatic, con lo que consiguieron darle una estética similar a la de las películas de finales de los ochenta.
Es el cuarto largometraje del director Pablo Larraín y la tercera en abordar temas relativos a la dictadura militar. En este largometraje, la ficción se une con el acervo audiovisual de la época de la dictadura. La historia va mostrando las confrontaciones reales entre las campañas del “sí” y la del “no”.
Campaña del Terror. La franja del sí, vía YouTube por el usuario almada2000
Franja política del NO 1988 en Chile, vía YouTube por el usuario andres2004new
Sin embargo, la película admite diferentes lecturas. “Tal como René Saavedra, No es una película cínica, una película que no cree en un cambio posible o en futuro colorido; y ahí, probablemente, está su principal lucidez”, opina Carolina Urrutia, crítica chilena.
Al respecto, Gael García declaró que ”se habla mucho de qué tanto cambiaron las cosas desde el 88. Muchas cosas siguieron igual, pero también se ganó una libertad que sigue ahí. Y esa libertad es la que está ejerciendo el movimiento chileno de estudiantes, es la libertad que están cuidando y salvaguardando todos”.
De acuerdo con La segunda online, algunos políticos e historiadores chilenos manifestaron en Twitter su desacuerdo con respecto a la cinta, poniendo en tela de juicio la caracterización y representación de los personajes, así como la influencia que en realidad ejerció la franja televisiva en los resultados del plebiscito.
El ex ministro y ex parlamentario chileno Carlos Ominami indico:
No obstante, como indica BBC ,“la publicidad de la coalición de partidos opositores, la Concertación, fue utilizada de manera clave para pedirle a los chilenos rechazar a Pinochet en las urnas, en un momento en que la crítica al régimen estaba prácticamente vedada”.
Abierta a la interpretación del espectador, No es una película que aporta una perspectiva del derrocamiento de Pinochet por la vía electoral y resulta pertinente por los diversos procesos que atraviesan los países latinoamericanos en la actualidad.