Encuentran trabajadores huesos enterrados, mientras introducían drenaje en la localidad de San Antonio Xahuento, en Tultepec, Estado de México. En un primer momento, se pensó en una fosa clandestina lo cual, por otro lado, no sería una novedad en un país donde las fosas clandestinas están a la orden del día o, por mejor decir, a ras de tierra. En un segundo momento y dado el tamaño de los huesos, se creyó que se trataba de un dinosaurio, lo cual no es de extrañar, dada la historia política del Estado de México. Al final se concluyó que los huesos pertenecían a un mamut, que vivió hace unos 13 mil años.
El gobernador de dicho estado respiró tranquilo pues se trató de un cadáver menos que investigar. Sí, la expresión es correcta, “un cadáver que investigar”, pues una vez muerto hay que investigarlo para vincularlo con el narco, el crimen organizado, cualquier actividad delincuencial o un rival enloquecido por los celos que permita al gobierno evadir su responsabilidad y no hacer evidente su incapacidad para brindar seguridad a sus gobernados.
Aunque, hay que decir que, aun sabiendo que se trataba de un Mamut, la tentación fue grande. El equipo de gobierno ya imaginaba los posibles encabezados: “Mamut, coludido con el crimen organizado, fue encontrado muerto mientras se excavaba una obra de drenaje”; “Se desconoce el móvil, pero se sospecha que el Mamut encontrado muerto en obras de drenaje, fue una víctima más del ajuste de cuentas entre bandas rivales”; “Mamut, descubierto en pleno adulterio, fue ultimado a tiros por su rival, quien tiró el cadáver en obras de drenaje”; “Existe una posible conexión entre el Mamut muerto, encontrado en obras de drenaje, con el #LordRollsRoyce, hermano del regidor de Tultepec, quien ordenó a sus escoltas golpear a un policía federal, por un conflicto vial, en una de las avenidas más transitadas de Toluca, Estado de México.”La lógica no miente, si este personaje se atrevió a agredir a una autoridad federal, qué se podía esperar un pobre Mamut.
Como la imaginación es poderosa, las posibles explicaciones que acompañarían dicho hallazgo se multiplicaron y pasaron de los nexos con la delincuencia organizada, el narco, el abuso y la prepotencia o los celos, a los delitos de cuello blanco, los secuestros, los asaltos.
Puestos en esta línea, los funcionarios imaginaron las primeras planas con notas que destacarían: “Mamut que estafó a clientes de caja de ahorros, fue encontrado muerto en obras de drenaje”; “Mamut fue asesinado al negarse a ser asaltado. Se sabe que era un rico empresario de la masa y la tortilla”; “Mamut secuestrado en días pasados fue encontrado muerto después de que su familia recibió una de sus grandes orejas y se decidió a pagar el rescate”; “El Mamut, quien trabajaba de albañil, fue asesinado al negarse a quitarse el barato reloj que lucía en la trompa y entregárselo a su asaltante”.
No conformes, los asesores del mandatario idearon explicaciones más rebuscadas, ligadas a los temas sexuales y los crímenes de odio: “Ahora se sabe que el Mamut, un transexual declarado, trabajaba de noche en un antro y que al negarse a hacerle un privado a un cliente, fue golpeado hasta morir y arrojado en obras de drenaje”; “Mamut fue encontrado muerto en obras de drenaje. Se sabe que la noche anterior fue agredido por un grupo de jóvenes conocidos como los ‘vengadores negros’, homofóbicos declarados, quienes lo siguieron al salir del antro. Los testigos afirman que el llamativo leotardo color fucsia que lucía la víctima llamó su atención. El Mamut trato de correr, pero los zapatos de tacón de aguja se lo impidieron, cayendo en las garras de sus agresores, lo demás es historia”.
Muy a la Maussan, pensaron que la nota ideal sería: “Hallan restos de Mamut extraterrestre, mientras excavan obras de drenaje. Se cree que sirvió de modelo al llamado ‘astronauta de Palenque’, dado el extraordinario parecido”.
Demasiado común, pensaron al fin, lo mejor será ligar la muerte del Mamut, con los “efectos colaterales” de la guerra de Felipe Calderón contra el narco, al fin y al cabo, es más fácil echarle la culpa al que se fue, que asumir la responsabilidad de lo que pasa en México, en términos de inseguridad y violencia. Y no porque este ex presidente no haya iniciado una guerra que ni pudo parar, ni supo ganar.
Como se acota en muchas películas, el nombre del Mamut fue omitido para resguardar su identidad, igualmente, se omitieron los nombres de los funcionarios involucrados para proteger su anonimato.
Después de reír un poco es imposible no decir que desafortunadamente todo esto es realidad en un México en descomposición, donde se ha perdido el respeto por la vida humana y en el que los gobernantes de los diversos niveles evaden su responsabilidad fundamental, la de proteger a sus gobernados y que, mediante las versiones más absurdas, ensucian la identidad de las víctimas de la inseguridad y la violencia desbocadas.