I.- Peña y los peñistas ya enseñaron lo que ensayaron en el Estado de México: represiones que no admiten ni el “derecho al pataleo”, ahogando en sangre, cárcel y embestidas policiacas todas las protestas que ejercen sus derechos a manifestarse para criticar y presentar peticiones a las autoridades. El peñismo ha cancelado los derechos humanos a discrepar, presentar demandas y participar en las decisiones gubernamentales, en un final de sexenio que puede escenificar un choque social por el estallamiento de los problemas sin resolver. Es el caso de Aurelio Nuño, quien por andar arremetiendo contra la disidencia magisterial, descuidó a las instituciones preescolares donde se han dado, en estos cuatro años del peñismo, más de 2 mil casos de abusos sexuales a niños de entre cuatro y seis años de edad, sin que Chuayfett ni Nuño hayan tomado cartas en el asunto; y por lo que son corresponsables de esas perversiones, que Nuño creyó corregir cesando a los funcionarios de la SEP que no atendieron los reclamos de las madres.
II.-. Lo cierto es que por estar ordenando represiones, encarcelamientos y ceses masivos, Nuño no puso atención a todas sus obligaciones al frente de la secretaría, y por eso es que los preescolares de todo el país y bajo el control federal, fueron abusados sexualmente. Varios de esos centros ni registros tenían; ignorando la SEP que eran atendidos por pederastas. Así que las negligencias y omisiones de Nuño lo hacen corresponsable. Y debería ser despedido para deslindarle responsabilidades, pues sólo se ha dedicado a atizar el problema del CNTE, abriendo frentes con sus provocaciones de creerse dueño de la reforma laboral contra los maestros, empeñado en sus evaluaciones, menos la suya porque no es competente para ser secretario de Educación. También creó el problema en el IPN al decretar su control directo, pisoteando su Ley Orgánica que lo hace un organismo descentralizado. Antes bien, ya es hora de que esa institución sea dotada de plena autonomía, en los términos de la UNAM, para dirigir sus destinos con sus alumnos, maestros y directivos.
III.- El nuñismo-peñista es un buscapleitos que genera problemas donde no los había. El Politécnico trabajaba tranquilamente en sus aulas y en su Congreso, pero en su insaciable afán de poder, se le ocurrió que éste debería estar en sus manos; para que él, que nunca tuvo un cargo y siempre fue ayudante de Videgaray y Peña (antes de Enrique Jackson, el diputete priista), desahogara sus ambiciones. Para lavarse las manos, él y Peña aseguraron en la entrega de la medalla Lázaro Cárdenas, que no se quiere violentar la descentralización. Pero no basta con los juramentos administrativos de respetar la vida interna del Politécnico. Pues sólo importa la disposición jurídica-constitucional de anular el decreto nuñista y darle autonomía plena al Politécnico. Nuño cuenta con el apoyo autoritario de Peña para continuar provocando problemas y no atender la pederastia en los centros preescolares del país, entre otras cosas; por lo que tras las elecciones, el peñismo enfrentará una oleada de protestas sociales que lo enviarán a la tumba.
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