Los 11 millones de documentos en manos de la firma legal panameña Mossack Fonseca que han sido distribuidos a nivel mundial, muestran cómo la compañía ha ayudado a clientes a lavar dinero, eludir sanciones y evadir impuestos.
Así, en el delito, posiblemente más sobresaliente del siglo, la derecha oligárquica de México también está implicada, derivado del severo historial fraudulento que la precede, a los ciudadanos no debería sorprender, pero sí indignar.
Nuevamente se reafirma los multimillorarios fraudes que aun cuando han sido denunciados por periodistas y políticos mexicanos, estos no han llegado a ser del todo visibles, porque han sido los mismos dueños de medios, que precisamente hoy también están involucrados dentro de la ilegalidad de Mossack Fonseca, quienes se han encargado de encubrir y adormitar a una gran parte de la sociedad mexicana.
Necesario es reconocer que en México la derecha es un campo en el que se desarrolla admirablemente a la hipocresía. Mientras hablan de dignidad, integridad y valores, detrás de ellos existen prestanombres, paraísos fiscales, conflictos de intereses y tráfico de influencias, por mencionar algunos cuantos delitos, sin embargo éste hecho, también pasará desapercibido y aun cuando las criticas y las demandas de justicia se escuchen desde distintas trincheras, nada pasará.
Hoy, otra vez, de una u otra manera, vemos a Peña Nieto salpicado por su gente más cercana. Dentro de los documentos aparece Juan Armando Hinojosa, propietario del grupo Higa e involucrado en el escándalo de la Casa Blanca; el ‘contratista favorito’ de Peña Nieto y quien tiene varios contratos con el gobierno, con un valor aproximado de 750 millones de dólares, según Panama Papers, de los cuales transfirió al menos 100 millones de dólares utilizando los nombres de su madre y su suegra a través de compañías creadas por Mossack Fonseca, lo que ocurrió después de la polémica por la mansión presidencial destapada a fines de 2014.
Este episodio viene a complementar la ironía que inició el día que Virgilio Andrade fue nombrado para ‘investigar’ a su jefe y a su ‘amigo’, meses y meses de investigación, donde se ‘demostró’, que no había ningún conflicto de intereses y tampoco movimientos fraudulentos, hoy Panama Papers dice lo contrario.
En los documentos, también se hace referencia de Emilio Lozoya, ex director de Pemex, y quien buscó relación con Mossak Fonseca cuando era miembro del Conejo de Administración del Grupo español OHL para crear una sociedad con la firma panameña a través de Dubai.
Omar Yunes, hijo de Miguel Ángel Yunes Linares, diputado federal del PAN y candidato al gobierno del estado de Veracruz es otro de los que habría tenido contacto con el consorcio panameño. Ahí también se encuentra la familia Murat y parte del equipo de campaña de José Murat, candidato a gobernador por Oaxaca.
Priistas y panistas, representantes de la derecha represora y cínica, no podrán más que dejar pasar, sin pronunciamiento alguno, uno de los hallazgos más importantes de la historia que demuestra en manos de quiénes ha estado y sigue estando el país.
Dicha información permite reafirmar las investigaciones ya exhibidas, identificar testaferros, ubicar empresas fantasma y, especialmente, localizar el dinero de los mexicanos que se robaron los corruptos y que debemos recuperar, pero no se puede ser juez y parte, el cinismo impera y el control lo tienen los delincuentes de cuello blanco.
Desgarrador el hecho que habitamos un país donde se desarrolla un podrido esquema de control y saqueo, que incluye paraísos fiscales, adjudicaciones directas y contratos con sobreprecios. O lo que es lo mismo, una estructura de crimen organizado con saco, corbata y un frío discurso sobre ‘legalidad y democracia’, mientras se valen de la clandestinidad que les proporciona el poder para esconder el dinero robado a los mexicanos, a quienes sí auditan y cargan a sus paupérrimos sueldos, todo lo que no pueden cobrarles a sus prestanombres y empresarios que les cubren las espaldas, como los medios, tanto televisivos como impresos.