La defensa del empleo industrial se convirtió en el eje de una nueva estrategia económica del gobierno federal. Con el paquete arancelario, México busca proteger 350 mil empleos en sectores clave que hoy enfrentan una competencia desigual frente a productos importados, muchos de ellos provenientes de países con los que no existe tratado comercial.
La medida, explicó el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, responde a una presión directa de la industria nacional, particularmente en ramas donde el crecimiento de las importaciones ha sido acelerado y donde los productos extranjeros no generan empleo ni inversión dentro del país. El objetivo, subrayó, no es cerrar mercados, sino corregir una desventaja estructural que afecta a la producción mexicana.
Industria bajo presión y empleo en riesgo
Los datos expuestos muestran con claridad dónde está el foco del problema. En los últimos años, la demanda de importaciones ha crecido con fuerza en sectores estratégicos: la industria automotriz registra un aumento del 34%, el calzado del 22.3%, el textil y vestido del 20.8%, y el acero del 12.4%.
De no haberse implementado el paquete arancelario, el impacto habría sido mayor. La Secretaría de Economía advirtió que hasta 350 mil empleos estaban en riesgo, con afectaciones directas en entidades como Estado de México, Guanajuato, Nuevo León, Puebla, Jalisco, Querétaro, Aguascalientes, Baja California, Chihuahua y Coahuila, donde se concentra buena parte de la planta industrial del país.
“Cuidar 350 mil empleados de México, ese objetivo final. Tenemos la demanda de la industria textil y de vestido, de calzado, del acero y ahora también la industria automotriz […] No hay piso parejo”.
Así lo explicó Ebrard, al detallar que el paquete busca remediar una desventaja que hoy afecta al empleo nacional.
Un ajuste fino: aranceles sin impacto inflacionario
Uno de los puntos centrales del anuncio fue el impacto en precios. Tras un análisis fracción por fracción, el gobierno estimó que el efecto inflacionario será mínimo: apenas 0.2% en los productos importados sujetos a los nuevos aranceles.
“Hicimos un cálculo fracción por fracción y lo que estamos estimando es que sea de 0.2 el impacto por 350 mil empleos protegidos”, señaló el titular de Economía.
Ebrard enfatizó que la prioridad es defender la industria y evitar precios artificialmente bajos por debajo de inventario.
En el caso de los vehículos, reconoció que competirán en una condición menos ventajosa, aunque confió en que el sector tiene el diferencial suficiente para absorber el impacto, manteniendo a México como uno de los principales productores mundiales de autos.
Aranceles selectivos y comercio con reglas claras
El diseño del paquete no apunta a un país en específico ni busca afectar relaciones comerciales consolidadas. México mantiene tratados con Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea, Reino Unido, Japón, Colombia, Chile, Australia y Vietnam, lo que garantiza múltiples opciones de importación bajo reglas claras.
Sin embargo, el ajuste sí pone atención en el comercio con países sin tratado comercial, como China, Corea del Sur, India, Indonesia, Brasil, Rusia, Tailandia, Turquía y Ucrania, donde el crecimiento de importaciones ha generado desequilibrios sin una contraparte equivalente en inversión o empleo local.
Las modificaciones mantienen 1,463 fracciones arancelarias dentro del paquete, sustituyen 123 fracciones a solicitud de la industria nacional y reducen en 28% el universo de fracciones originalmente planteadas, lo que refuerza el carácter quirúrgico de la medida.
Plan México: producir más, importar menos
Más allá del ajuste inmediato, el paquete arancelario está alineado con una visión de largo plazo. Durante la Mañanera del Pueblo de este lunes 15 de diciembre, encabezada por la presidenta Claudia Sheinbaum, se explicó que la estrategia forma parte del Plan México, cuyo objetivo es colocar al país entre las 10 economías más grandes del mundo.
La ruta trazada busca elevar en 15% el contenido nacional de las cadenas productivas, impulsar la sustitución de importaciones, relanzar el sello Hecho en México, incrementar la inversión al 25% del PIB en 2026 y al 28% en 2030, además de generar 1.5 millones de empleos bien remunerados y lograr que 50% de la proveeduría y del consumo nacional en sectores clave se produzca en territorio mexicano.
En ese contexto, el paquete arancelario se presenta como una herramienta de equilibrio, diseñada para fortalecer la industria, proteger el empleo y dar prioridad al mercado interno, sin romper con la apertura comercial que distingue a la economía mexicana.
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