El hartazgo de la población por un régimen privilegiado y corrupto, cuyas casas nuevas y de costos multimillonarios exhiben la podredumbre de la casta gobernante, en contraste con un fallido Estado de derecho y de violaciones a derechos humanos, cristalizado en múltiples fosas clandestinas, se manifiesta de las maneras menos pensadas. Por ejemplo, a través de una estudiante de secundaria de Chihuahua, de nombre Luz Elena Patricio García, quien ante el gobernador de la entidad, el priísta César Duarte, reprobó que “la política de hoy día ha cambiado porque los gobernadores roban y no cumplen su trabajo”.
La pequeña estudiante lamenta que “estos políticos de cuarta, malgastando lo que nos pertenece para el beneficio personal, en vez de cumplir con obras públicas para el mejoramiento de nuestras colonias” y advierte que “cuando la ciudadanía pierde la confianza en los gobernantes, porque éstos no asumen su compromiso cívico, se pone en riesgo la gobernabilidad e incluso se puede llegar a un movimiento armado”. En efecto, los gobernadores salientes en nueve entidades federativas fracasaron en atender necesidades claves de su población, afirmó el organismo “México ¿cómo vamos”.
Pero no sólo son las administraciones estatales. La corrupción, el saqueo, la represión y la ineficiencia son encabezadas por la propia administración federal. La principal promesa de campaña del entonces candidato Enrique Peña Nieto, que se refería al crecimiento económico del país, quedó sólo en eso y hoy no se ve cómo pueda cumplirla. Una vez más la economía está desacelerándose, debido a la caída en la producción del petróleo y el menor ritmo de actividad en Estados Unidos, como lo reconocen los integrantes de la Junta de Gobierno del Banco de México.
La minuta de la más reciente reunión de política monetaria de la Junta de Gobierno del banco central, revela que algunos indicadores del primer bimestre sugieren incluso una desaceleración, respecto de la actividad registrada en el último trimestre de 2014. El cuadro lo completa un entorno internacional complejo, por el efecto que pueda tener el esperado incremento de las tasas de interés en Estados Unidos en variables como el tipo de cambio y el costo del financiamiento. Los integrantes de dicha junta, coinciden en que adelantarse a la Reserva Federal tendría más costos que beneficios, lo que podría afectar la recuperación económica de México.
La Junta de Gobierno del banco central, en la que participan el gobernador Agustín Carstens Carstens y los subgobernadores Roberto del Cueto Legaspi, Javier Guzmán Calafell, Manuel Ramos Francia y Manuel Sánchez González, decidió en la reunión mantener sin cambios, en tres por ciento anual, su tasa de interés de referencia. Para la mayoría de dichos integrantes, la menor actividad económica del país fue motivada principalmente por la reducción en la plataforma de producción de petróleo y por la desaceleración temporal de la economía de Estados Unidos, la cual se reflejó en menores exportaciones manufactureras.
El Banco de México reporta que la actividad económica del país ha tenido un desempeño “un tanto débil”, en un momento en que se desaceleró el dinamismo de la exportación y continuó la caída en la producción de petróleo. También advirtió que “el balance de riesgos para el crecimiento se ha deteriorado”. Alertó que por estar la economía mexicana altamente integrada a la estadounidense, un eventual movimiento en las tasas de interés en aquel país “podrían tener repercusiones sobre el tipo de cambio, las expectativas de inflación y, por ello, sobre la dinámica de precios en México”.
También el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) alertaron que la recuperación de la economía de Estados Unidos y el alza en las tasas de interés , que se prevé para el segundo semestre de 2015, llevará a salidas de capitales de las economías emergentes. En el seminario “América Latina, desafíos de un entorno global rápidamente cambiante”, los expertos internacionales advirtieron en Bogotá que la región tiene el gran reto de definir políticas y estrategias en la próxima década para mantener su crecimiento económico en un escenario de precios bajos en los commodities.
La receta económica que se aplica en México desde 1982 a base de desregulación, privatización, austeridad a 99 por ciento y derrama fiscal a uno por ciento, no ha dado los resultados prometidos y, definitivamente, no los dará. Todo parece indicar que los últimos años del presente sexenio, el desempeño económico continuará siendo mediocre, lo que repercutirá en los procesos electorales, en lo que también impacta el deficiente desempeño de los gobernadores.
Muy pobre aparece la creación de empleos, apenas 600 según el anuncio hecho por el titular de Energía, el cozumeleño Pedro Joaquín Coldwell, sobre todo si se toma en cuenta lo publicado por el diario El País sobre la nueva oferta de campos petroleros en México, país al que sitúan en el segundo lugar de producción tracking. El remate de tierras y el combustible que en ellas se almacena no conoce antecedente en la historia y en tanto que otros sectores, con la debida displicencia del gobierno despiden a miles de trabajadores, la autoridad nos receta apenas sí unas centenas de nuevas fuentes laborales que no son nada comparadas con el despido que han llevado a cabo en la paraestatal del ramo.