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Platicando con Elena Poniatowska

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(26 de octubre, 2013).- El espacio de 3 metros entre el escenario y el público estuvo repleto. No sólo eso, los tres pasillos, el central y los laterales, se mostraban atiborrados de gente que abría los ojos entusiasmados y enfocaba para ver a  la estrella de la noche: Elena Poniatowska.
El entusiasmo, la risa, la ternura y el agradecimiento se apoderaron de la Feria del Libro en el foro 1 La Casa de los Carlos “Fuentes, Montemayor y Monsivais”. Las 517 sillas quedaron rebasadas en la presentación del libro “El Universo o nada” de “Elenita” como se le dice de cariño a la escritora mexicana.

Sentada en un sofá de cuero y acompañada del Dr. José Franco,  la escritora se dispuso a hablar de la importancia de la ciencia a través de la presentación de su trabajo, una biografía de Guillermo Haro; estrellero que consagró su vida a desentrañar los misterios del cielo desde el momento en que, como un regalo,  su madre se lo enseñó.

“Guillermo Haro fue una figura muy particular desde cualquier punto de vista que lo veamos. Fue un constructor, un luchador […] Y creo que entre Luis Enrique Herro y Guillermo Haro, se construyó lo que es la astrofísica en México “, dijo el Dr. José Franco, director de Universum.
Mientras el doctor hablaba sobre la importancia del libro, la escritora sacaba de su bolsa una cámara de bolsillo color azul para sacarle fotos a su auditorio. Al tomar la palabra, agradeció por estar en tan noble lugar.
“Políticamente, Guillermo Haro fue un hombre de izquierda. Fue un hombre que se preocupó en Tonantzintla, Puebla, por fundar una escuela. Porque sus niños tuvieran una educación. Ahora hay muchos niños toshqui, niños técuatl, niños de panhuatl, que son los nombres de allá, de Tonantzintla, que son científicos”, dijo Elena al recordar a quien fue, en vida, su esposo y un gran científico.
De hecho, dijo que a Haro no le gustaban los periodistas y que la primera vez que ella lo fue a entrevistar a la Universidad Nacional Autónoma de México, él la trató muy mal: “y mi venganza, fue casarme con él”, bromeó la escritora.
La participación de ambos fue breve, de aproximadamente 20 minutos. “Ahora vamos a darles la palabra a ustedes, para que comenten, pregunten, sobre temas referentes a la educación”, explicó la autora.
El tema de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación no pudo faltar en las preguntas ni las intervenciones: una profesora comentó respecto a la “mal llamada Reforma Educativa” y cómo ésta perjudica a la educación de los niños mexicanos. Otro preguntó la opinión de los panelistas sobre el actual secretario de Educación, Emilio Chuayffet.
“A ese señor no lo conozco, no podría decir nada de él. Lo que sí puedo decir es que su apellido me parece raro, medio francés y creo que le sobra una u: en realidad debería ser Chayfet” respondió la escritora con un chascarrillo que provocó risa y aplausos.
Y así transcurrió una hora, entre preguntas, respuestas, comentarios, anécdotas y risas, donde “la casa de los Carlos” se convirtió en un verdadero espacio de intercambio de ideas, debate y agradecimiento.
Al término del evento, Poniatowska se dirigió a una carpa especial para firmar su libro. La fila que se formó  media más de 100 metros; una hora después se seguía formando gente para,  no sólo pedir un autógrafo, sino también una foto y en muchos casos, un abrazo.
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