El 80% de las llamadas amenazantes salen de los penales, según organizaciones civiles
El 20 de junio una joven respondió al teléfono en una casa de Cancún. Le dijeron que la estaban vigilando, que saliese a comprar un celular nuevo y que no volviese al edificio. Mientras deambulaba siguiendo órdenes, permanentemente en contacto con los extorsionadores, a su padre le exigían un rescate. La agonía duró casi 24 horas y una cantidad indeterminada de dinero, hasta que la chica fue localizada. Se llama secuestro virtual y la sufrieron también diez alumnos de una guardería mexicana el pasado 2 de julio. Esta modalidad de extorsión es la especialidad de las prisiones en México, donde, en teoría, no se pueden siquiera hacer llamadas libres al exterior.