(07 de noviembre, 2019. Revolución TRESPUNTOCERO).- La Sedatu está haciendo historia. No se trata de una afirmación complaciente, sino de un hecho trascendente en la política de vivienda del país.
Con el eje rector que propone el nuevo gobierno de México encabezado por el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se busca lograr el cumplimiento de las obligaciones del Estado respecto a promover, respetar, proteger y garantizar el derecho de la población mexicana a una vivienda adecuada.
Lejos de sólo sumar números en una estadística, la instancia federal, trabaja sobre 3 ejes:
1: Atender a la población con mayor rezago.
2: Contribuir a los grandes desafíos nacionales en materia urbana y de bienestar social.
3: Fortalecer e incrementar intervenciones que favorezcan la Producción Social de Vivienda Asistida.
El pasado primero de octubre, el titular de la secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), Román Meyer Falcón, nombró a Carina Arvizu Machado como nueva subsecretaria de Desarrollo Urbano y Vivienda de la dependencia, en sustitución de Armando Rosales García.
La joven funcionaria habló con Revolución TRESPUNTOCERO sobre la nueva labor, los retos y metas que enfrenta en este nuevo cargo. Nos cuenta que formó parte del equipo desde campaña, pero fue en octubre pasado cuando asumió la subsecretaría.
Sobre los retos con los que la instancia se enfrenta está el sector, nombró que estos existen en materia de planeación, rezago en los municipios y falta de transparencia en las cuentas en las anteriores administraciones.
Sin embargo, el actual equipo sigue trabajando. Recientemente, en el arranque del Programa de Mejoramiento Urbano, donde cada semana se hacen recorridos en campo viendo el avance de las obras.
Asimismo, el Programa Nacional de Vivienda, parteaguas de los sexenios anteriores y este. Se trata del primer programa de vivienda a nivel mundial que tiene el enfoque de vivienda adecuada; es decir, un enfoque de derechos, donde las personas están al centro de ello.
Nos explica que este modelo fue generado por Naciones Unidas, donde la vivienda se ve de manera integral. “No es un techo con ladrillos, es preciso que se tenga certeza jurídica, que estén bien ubicadas, se adecúen a usos y costumbres, y tome en cuenta la asequibilidad”, explicó.
Arvizu declaró que es un cambio de paradigma. Antes, explica, la vivienda se veía sólo como un detonante de la economía, pero ahora no es una visión cuantitativa, sino de calidad.
La consecuencia de la visión anterior de sólo sumar viviendas fue la dispersión de las ciudades. Esto porque no se consideró la verdadera necesidad de las familias que las habitaban. Al final, miles de personas se quedaron sin un patrimonio, pues los abandonaron.
De acuerdo con la subsecretaria son 650 mil que están en un proceso de desuso. “Es como si las casas de San Luis Potosí se vaciaran de un día para otro”, detalló.
Ahora, dice, se ven las necesidades de la familia, “nos acercamos y le preguntamos qué necesita. La gente está en el proceso de construcción de su casa”.
Como meta a largo plazo, la Secretaría tiene recuperar la rectoría del territorio, fortalecer la planeación de manera proactiva, generar territorios de paz gracias a disminuir las desigualdades. La Sedatu, en sintonía con la dirección de la 4T, va por las modificaciones en el territorio como una medida de pacificación en el país. Un enfoque por completo nuevo y para muchos, necesario.
