Gloria Donají Illescas Cruz / @Gloria3_0
(07 de noviembre, 2013).- En la FILO se presenta toda clase de eventos y actividades enriquecedoras para ponentes y espectadores por igual. Así ocurrió en el evento Reflexiones. Publicaciones periódicas, el cual consistió en una charla entre Guillermo Santos y Alonso Aguilar Orihuela, ambos personajes inmersos en el mundo editorial del estado; Santos como colaborador de la revista Avispero y Aguilar como coordinador editorial de la revista cultural El Jolgorio.
En el café La Brújula Alcalá, se discutió una amplia variedad de temas concernientes a las publicaciones de corte cultural en Oaxaca. Según Aguilar Orihuela, la gran problemática a la que se enfrenta este tipo de publicaciones consiste en el poco acercamiento por parte del público en general a las mismas, reconoce que inclusive publicaciones como el Jolgorio son reconocidas gracias su extenso tiraje (aproximadamente diez mil ejemplares al mes) y a que se distribuye de forma gratuita, no tanto por su contenido o el interés que esté despierte.
Además, añade, existe cierta cultura clasista que denigra a quienes no leen o no son “iniciados” en la alta cultura, a eso se debe la existencia de cierta reticencia por parte de determinado sector de la población a acercarse no sólo a las publicaciones sino también a espacios culturales como las bibliotecas: “La sociedad civil no se compone exclusivamente por estos pequeños grupos de élite como la Fundación Harp u otros círculos”. De ahí recalca la importancia del fanzine y otras publicaciones independientes no auspiciadas por gobierno o alguna otra institución como medios de expresión contracultural.
Flavio Sosa, diputado local, intervino señalando el fallo de políticas públicas correspondientes a la cultura en el país; el bajo presupuesto asignado y la prioridad otorgada al saldo de la burocracia como principales causas de la baja difusión de la cultura. También hablo de los medios electrónicos, considerando que éstos no inciden de manera relevante en la difusión cultural, sobre todo de jóvenes escritores, tampoco los indígenas tienen acceso a estos medios. En su opinión, las publicaciones culturales se olvidan y se alejan de la realidad.
“El conocimiento no sólo se da en los libros, también depende de las vivencias”; para Aguilar, las cuestiones correspondientes a la realidad social son sumamente importantes, razón por la cual las publicaciones del país deben enfocarse en retomar y comprometerse con dichos temas. El gran reto de la industria editorial consiste en elaborar más estrategias para una mejor comunicación entre la gente y por ende un mayor acercamiento a la misma que genere más lectores. “Lo cultural, lo político y lo estético no están separados, debería existir una visión trascendental y por ende más crítica de las actividades culturales auspiciadas por los políticos”.