(2 de junio, 2014).- Declaraciones encontradas en la víspera de que inicie el polémico Mundial de Futbol 2014, son las que hicieron la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff y el otrora astro del Real Madrid, Ronaldo, pues mientras la primera sorteó los cuestionamientos sociales sobre la organización, y se mostró optimista para que las protestas se dispersen mientras los ciudadanos se toman una cerveza o disfrutan los juegos, el exfutbolista pidió que las expresiones violentas sean reprimidas.
A poco más de 13 días para que la selección de Brasil inaugure el certamen frente a su similar de Croacia, las manifestaciones en las calles Rio de Janeiro y Brasilia, ambas sedes mundialistas, a cargo de profesores del sector público parecieran no atender el llamado de la mandataria en el sentido de que se aclimaten al ambiente de fiesta.
Sin embargo, a pesar de que el martes pasado una manifestación pacífica –entre ellos un grupo indígena- fue diluida con gases lacrimógenos por parte del Batallón de Choque en las inmediaciones del estadio Nacional Mané Garrincha, Rousseff se dijo confiada de que los brasileños “van a juntar a los amigos, a la familia, a la comunidad, va a comprar una cervecita, encender el televisor y ver el Mundial hinchando por nuestra selección”.
Durante un evento público llevado a cabo en Minas Gerais (Estado), respondió implícitamente a quienes critican la construcción de estadios por encima de obras públicas, al señalar que al final muchos de los proyectos destinados al Mundial serán aprovechados posteriormente por el pueblo.
En tanto, Ronaldo Nazario, quien es parte del Comité Organizador, no negó la validez de las protestas, pero instó a la policía a “hacer caer las porras (toletes)” en caso de que aparezcan “vándalos enmascarados” a los que, aseguró, se debe contener.
La semana pasada, Ronaldo se dijo avergonzado por los atrasos de obras que presentaban el país para la justa internacional, “en nombre de la gente que realmente esperaba estas grandes inversiones, reformas de aeropuertos, mobiliario urbano, todo lo que se prometió y no se cumplió”. Situación que provocó una inmediata y directa respuesta de la presidenta.
“No hay de que avergonzarse”, refutó Rousseff, para luego rechazar pena alguna por los proyectos mundialistas. “No tenemos el complejo de mendigos, tan bien caracterizado por Nelson Rodrigues (escritor brasileño) al referirse a los eternos pesimistas de siempre”, pronunciamiento que la prensa tomó como un ataque frontal al ex jugador del Inter de Milán.
Al igual que el Fenómeno, la Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA), también ha manifestado su descontento por la demora en las construcciones, cuyo presidente, Joseph Blatter, se reunirá precisamente este lunes con la jefa de Estado para mostrarle el trofeo de la Copa que se disputará a partir del día 12.
Foto: Goal