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Rumbo al #25N, organizaciones llaman a nombrar todos los tipos de violencia: “Es más fácil señalar a las mujeres que revisar el sistema”

Rumbo al #25N, organizaciones feministas recuerdan que aun queda mucho por transformar y llaman a nombrar todos los tipos de violencia: “Es más fácil señalar a las mujeres que revisar el sistema” denuncian.

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Como parte de las reflexiones y convocatorias previas al Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, colectivas y organizaciones feministas han incitado a reflexionar sobre las distintas violencias que enfrentan las mujeres mexicanas y han llamado a nombrar todos los tipos de violencia sin 

Con este propósito, la organización Mujeres Vivas y Libres reflexionó que, hace apenas unos días, las mexicanas observaron cómo la presidenta de México sufría una agresión que la mayoría de mujeres han experimentado; un suceso que sin lugar a dudas era violencia. 

Sin embargo, recuerdan, la conversación pública no se quedó ahí. En lugar de hablar sobre lo que él hizo, el foco se movió hacia ella. Se cuestionó ¿Por qué no reaccionó con más fuerza?, ¿de verdad se sintió incómoda? o incluso ¿fue todo un montaje para desviar la atención? Lo que él hizo se volvió accesorio, pero lo que ella “debió haber hecho” se convirtió en el tema. 

“¿Qué dice de una sociedad que, ante una clara violencia, condena la reacción de la mujer en vez de garantizar y proteger su derecho a vivir libre y segura?”

La organización resalta que esto no tiene que ver con preferencias políticas ni con simpatías hacia el gobierno, sino con algo más profundo: cómo reacciona México cuando una mujer es violentada, sin importar quién sea. 

Minimizar los hechos genera culpa, silencia y re victimiza a las sobrevivientes

Vivas y Libres recuerda que los intentos de restar importancia al hecho o exigir víctimas perfectas no es nuevo, se ha visto muchas veces. 

Cuando una mujer es atacada en la calle y lo primero que preguntan es cómo iba vestida; cuando una joven es violentada saliendo de un bar y el foco es si había tomado o por qué estaba sola.

También, enlistan, en los casos en que una mujer es agredida en una fiesta y la discusión gira en torno a sí estuvo “coqueteando” o “bailando demasiado” o incluso en redes, si una adolescente se atreve a denunciar violencia sexual y le preguntan: “¿por qué confiaste?”, “¿por qué no gritaste?”, “¿por qué no te defendiste más?”.

Incluso cuando una mujer decide interrumpir un embarazo, generalmente no se le acompaña ni se le escucha; se le cuestiona. “¿Por qué no te cuidaste?”, “¿por qué no lo pensaste antes?”, “¿qué clase de mujer hace eso?”.

Todos estos ejemplos, indican, son formas de violencia que culpan, silencian y re victimizan por ejercer derechos.

Violencia institucional: más sutil, pero latente

Angie Contreras, vocera de Mujeres Vivas, Mujeres Libres, enfatiza que en México las mujeres no solo enfrentan la violencia que ocurre en las calles; también se vive la violencia que ejerce el Estado cuando decide a quién protege y a quién castiga. 

Aunque los casos de acoso, violencia domestica y violencia feminicida suelen estar en el centro de las reflexiones y discusiones, la violencia institucional parece ser más sutil, pero igual de vigente y preocupante que el resto.

“La violencia de un sistema que no protege, que calla lo que incomoda, que normaliza la impunidad y que criminaliza derechos” indican.

Así, señalan que también es violencia que en varios estados existan más carpetas de investigación por aborto que por feminicidio; que un derecho reconocido por la Suprema Corte siga tipificado como delito en todos los códigos penales estatales y en el federal; que miles de mujeres vivan con miedo a ser denunciadas por buscar atención médica.

En un país donde el 92 por ciento de los delitos no se castigan según datos de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2025, esta priorización es violencia institucional. 

Angie Contrerars indica que, “cuando una agresión se minimiza y una decisión se criminaliza, el mensaje es evidente: nuestros cuerpos son regulados antes que protegidos. Eso también es violencia, y es una que atraviesa la vida de las mujeres todos los días.”

Esa violencia —legal, narrativa y cotidiana— envía un mensaje contundente: que decidir de manera autónoma es sospechoso; que los cuerpos de las mujeres se regulan antes de que se protejan; que la prioridad es el castigo. Todo esto, a su vez, revela las prioridades del país.

“Es más fácil señalar a las mujeres que revisar el sistema. Más sencillo cuestionar su reacción que aceptar que las niñas, jóvenes y mujeres son violentadas todos los días y casi lo hemos normalizado”.

25N: La criminalización del aborto también es violencia.

Asimismo, la organización relexiona que el 25 de noviembre no es únicamente el día contra la violencia física, sino contra todo lo que permite que esa violencia exista: la institucional, cuando los líderes evitan nombrar lo que pasó; la política, cuando los hechos se acomodan según convenga; la social, cuando se minimiza o se justifica; y la simbólica, la más silenciosa y que pone a las mujeres bajo sospecha antes de mirar al agresor.

Lizeth Mejorada, portavoz de Mujeres Vivas, Mujeres Libres, denuncia que cuando el Estado persigue a mujeres que toman decisiones sobre su cuerpo pero no a quienes ejercen violencia contra ellas, envía un mensaje que no es el correcto.

“La criminalización del aborto es también un tipo de violencia y este 25N llamamos a sacar el aborto del código penal federal” afirma Mejorada.

Finalmente, la organización recuerda que no puede existir una vida libre de violencia mientras que el aborto siga tipificado como delito, por lo que sacarlo del Código Penal es romper con una forma silenciosa y profunda de violencia institucional.

Además, señala que la violencia no se minimiza: se nombra: “Aún queda muchísimo por transformar. Por eso seguiremos hablando, nombrando e incomodando”.

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