Cuando un ser humano se encuentra dentro de la última faceta de su vida.
El cuerpo comienza a experimentar una serie de transformaciones físicas y también químicas.
Que puede ser percibidas por medio del olfato.
Pues uno de los olores más característicos es el que se presenta antes de morir.
Entre lo más destacados está la putrescina y la cadaverina, sustancias que se generan a partir de la descompusición de aminoácidos esenciales como la lisina, arginia y la ornitina.
Aunque son comúnmente en cuerpos en descomposición estas moléculas podrían comenzar a liberarse en vida.
En personas con enfermedades avanzadas o en fase terminal.
Esto ocurre porque el organismo pierde la capacidad de eliminar de manera eficiente los residuos celulares.
El olor es similar al de carne podrida y puede ser reconocido por profesionales de la salud con experiencia con cuidados terminales.
También pueden ser identificados por las mascotas que mantienen una convivencia más cercana.