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Salud mental en los jóvenes mexicanos, pilar clave para consolidar la Reconstrucción del Tejido Social

La falta de atención a la salud mental en niños, niñas y adolescentes ha debilitado el tejido social de las comunidades, por lo que es urgente que autoridades y sociedad unan esfuerzos.

Tras el asesinato de un joven de 16 años al interior del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) plantel Sur cometido por un joven de 19 años, el Congreso de la Ciudad de México y la sociedad en general han recordado la urgencia de prestar atención a la salud mental de las juventudes mexicanas.

La tragedia de este lunes no es la primera en el año que genera conmoción en la sociedad y abre diversas discusiones sobre la impartición de justicia y la relación entre la comisión de delitos y el deterioro de la salud mental en los niños, niñas, adolescentes y jóvenes adultos.

Este no es un tema nuevo en México. En 2024, la Encuesta Nacional de Salud Mental y Adicciones (ENASAMA) identificó que la falta de atención a la salud mental y al consumo problemático de sustancias ha debilitado el tejido social de las comunidades, afectando principalmente a las infancias y juventudes.

Salud mental en adolescentes privados de su liberad

Por su parte, en el estudio “Población adolescente en conflicto con la ley en México: un panorama estadístico” publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) se detalla que casi una quinta parte de la población adolescente que ingresó al Sistema Integral de Justicia Penal para Adolescentes pensó alguna vez en quitarse la vida antes de cometer el delito; de estos, poco más de la mitad lo intentó.

Asimismo, destaca que la mayoría consumió alguna sustancia psicotrópica alguna vez en su vida, que 4 de cada 5 sufrió maltrato familiar y que 2 de cada 5 declaró que los adultos con los que crecieron consumían frecuentemente alcohol.

Estos datos también revelaron que, en comparación con los hombres, un mayor porcentaje de mujeres adolescentes en el Sistema sufrió de maltrato familiar, tuvo ideación e intención suicida, y experimentó conductas antisociales por parte de los adultos con los que crecieron.

Una problemática aseverada por la pandemia

La pandemia por COVID-19 ha sido identificada por autoridades y especialistas como un punto decisivo para entender los retos actuales sobre la salud mental, pues este periodo agravó la situación de las y los niños y adolescentes al suscitar depresión, trastornos alimentarios, ansiedad, estrés, violencia y suicidio.

De acuerdo con datos del registro de defunciones del INEGI, entre 2018 y 2022 se registraron 3 mil 478 muertes por suicidio en niñas, niños y adolescentes.

En 2020 fue cuando más ocurrieron, en el pico de la pandemia, con 769 casos; conforme descendieron los efectos de la enfermedad, en 2022 hubo 704 fallecimientos de niñas, niños y adolescentes, de los que 58 por ciento fueron hombres y el resto mujeres.

En respuesta, durante los últimos años, autoridades e instituciones han implementado algunas estrategias para atender la salud mental de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes en todo el país. A principios de este septiembre, en el marco de la Semana Nacional de Salud Pública 2025, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) identificó a la salud mental como un componente esencial del bienestar integral.

Es vital que la comunidad sea un factor protector

En el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, conmemorado cada 10 de septiembre, el maestro Tomás Delfino Alcántara Ramírez, líder de Proyecto en la Coordinación de Salud Mental y Adicciones del IMSS, informó que en el Instituto se han implementado diversas acciones para fomentar la cultura de la salud mental.

Entre ellas, destaca la aplicación de tamizajes estandarizados en el Primer Nivel de atención, con el objetivo de detectar oportunamente síntomas de ansiedad, depresión y trastorno de pánico. Así mismo, se han actualizado los lineamientos para la atención de la conducta suicida en niñas, niños, adolescentes y adultos en las Unidades Médicas del IMSS.

Los esfuerzos también se han dado a nivel local y estatal. Por ejemplo, la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, lanzó la estrategia escolar “Vida Plena, Corazón Contento”, cuya meta es brindar atención integral a más de 900 mil personas, sobre todo estudiantes de planteles públicos de nivel secundaria y medio superior en la capital.

Si bien aun quedan muchos retos para garantizar una cobertura nacional y sin fisuras, desde el sexenio anterior, la Secretaría de Gobernación reconoció que la participación y la reconstrucción del tejido social requiere de la atención y participación colectiva, lo que significa que es vital considerar a la comunidad como un factor protector para las niñas, niños, adolescentes y jóvenes.

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