Como el dicho mexicano que versa: más vale aquí corrió que aquí murió, los senadores de Acción Nacional y de la Revolución Democrática temen por que los gobernadores priístas acusados de corrupción puedan huir luego de dar término de sus funciones y entregar la estafeta a los gobernadores entrantes.
La panista Mariana Gómez del Campo se fue directo contra Enrique Peña Nieto a quien responsabilizó sobre la posible huida de los gobernantes de Veracruz, Quintana Roo y Chihuahua, no evadan la acción de la justicia.
“Sería desastroso que, terminando el mandato, estos tres Gobernadores desaparecieran del territorio nacional, se fugaran y que el Gobierno federal se convirtiera en cómplice, guardando un silencio. A todos nos quedaría claro que muy probablemente incluso los hayan ayudado a salir del país.
“Me parecería un tema sumamente delicado; nosotros estamos muy atentos, esperamos que esto nos ocurra, creo que al que menos le conviene es al Gobierno federal, ¿y qué confianza se recuperaría si se fuga alguno de los gobernadores salientes?”, interrogó.
El perredista Alejandro Encinas sugirió que dichos gobernadores sean arraigados con la finalidad de llegar a una resolución satisfactoria sobre los actos realizados durante sus administraciones.
“Para poder retener a una persona se requiere la apertura de un proceso, a menos que el propio Gobierno utilice uno de los recursos que ha empleado contra muchos de sus adversarios políticos, como es la figura del arraigo, es una medida preventiva”, relató.
