El eco de la indignación cruzó la frontera. Silverio Villegas González, mexicano de 38 años, cocinero originario de Michoacán, fue abatido el pasado 12 de septiembre durante un operativo de agentes de Immigration and Customs Enforcement (ICE) en Chicago. El caso, que ya levanta tensiones entre ambos países, ocupó un espacio central este miércoles en la Mañanera del Pueblo, encabezada por la presidenta Claudia Sheinbaum.
De acuerdo con la versión de las autoridades estadounidenses, Villegas intentó escapar cuando los agentes llegaron a detenerlo; en ese movimiento, habría atropellado y arrastrado a un oficial, lo que desató que otro agente le disparara en el sitio. Esa es la explicación “oficial” de Estados Unidos, sin embargo, no cierra las heridas ni calma el enojo de la comunidad migrante.
“Se solicitó toda la información al gobierno de los Estados Unidos y estamos atendiendo tanto a la familia como en la investigación de realmente qué pasó”, expresó la mandataria.
En seguida, Sheinbaum se encargó de confirmar que su gobierno prepara una nota diplomática para Washington. La frase que quedó marcada fue tajante:
“No estamos de acuerdo”
Tensión en puerta
La presidenta aseguró que, aunque existe ya una versión oficial, México exige respuestas claras y una investigación de fondo.
“Se condenó la violencia, pero se está en espera de la investigación”, insistió.
El mensaje fue directo: no basta con el parte inicial de ICE, se necesita transparencia sobre la muerte de un connacional que, más allá de las versiones, tenía nombre, oficio y familia.
Villegas González era recordado por sus vecinos como un hombre trabajador, dedicado a la cocina, y que migró en busca de mejores oportunidades. El desenlace fatal lo convierte hoy en símbolo de una causa que va más allá de un expediente judicial: el respeto a la vida y los derechos de los mexicanos en el extranjero.
Diplomacia con carácter
Sheinbaum reiteró que su gobierno no será indiferente ante este tipo de hechos. La nota diplomática en proceso busca no solo exigir explicaciones, sino dejar en claro que México no tolerará abusos contra sus ciudadanos fuera de sus fronteras.
En el corazón de la conferencia matutina, el caso de Silverio encendió la discusión sobre la vulnerabilidad de los migrantes frente a las redadas, y al mismo tiempo envió un mensaje político con carga emocional: el Estado mexicano acompaña a su gente, incluso cuando el escenario es hostil.