Con voz firme, pero visiblemente afectada, la periodista Anahí Torres, originaria de San Luis Potosí, rompió el silencio este lunes 6 de octubre durante la Mañanera del Pueblo, encabezada por la presidenta Claudia Sheinbaum.
Ante medios y funcionarios federales, Torres relató que el pasado 2 de octubre fue interceptada por cuatro hombres armados afuera de su oficina, luego de haber publicado reportajes sobre una presunta red de espionaje que involucra a funcionarios del gobierno estatal.
“Hicieron amenazas directas hacia mi persona y hacia dos periodistas más. Este ataque ocurrió tras la publicación de notas que documentaron una presunta red de espionaje en el estado”, denunció la reportera.
Torres añadió que su caso no es aislado y que el periodismo en San Luis Potosí se ejerce bajo intimidación y miedo, en un contexto donde “cuestionar se ha vuelto un riesgo”.
“Por su alcance en redes sociales, las publicaciones incomodaron visiblemente al gobernador Ricardo Gallardo y al secretario de Gobierno, Guadalupe Torres Sánchez. Mi caso no es aislado; en San Luis Potosí periodistas, activistas y ciudadanos vivimos en un ambiente de inseguridad”, afirmó.
La respuesta inmediata: protección y seguimiento
La presidenta Claudia Sheinbaum escuchó la denuncia completa y respondió de manera directa, instruyendo atención inmediata para la periodista y los casos vinculados.
“Si te parece, terminando la conferencia, que Arturo Medina pueda atenderte y revisar todos estos casos, tanto para apoyo de protección como para una revisión en caso de que se esté dando esta situación”, dijo la mandataria.
El funcionario referido es Arturo Medina Padilla, subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, quien se encargará de coordinar las acciones de protección y análisis del caso.
Con ello, el Gobierno federal envió un mensaje de respaldo al ejercicio periodístico y de atención prioritaria a las agresiones contra comunicadores.
Periodismo bajo riesgo, pero de pie
Torres mencionó a los periodistas Omar Niño y Carlos Domínguez como parte de los colegas que también fueron amenazados.
Su llamado no fue solo por ella, sino por todos los que hoy se sienten en riesgo por informar.
Este lunes, la voz de una periodista fue escuchada a nivel nacional y atendida con respuesta institucional inmediata, lo que marca la protección a comunicadores desde la más alta tribuna del país.
México escucha y actúa
El caso de Anahí Torres recuerda que la libertad de expresión no se defiende con silencio, sino con acciones concretas.
La instrucción presidencial fue clara: proteger, investigar y garantizar seguridad.
Y en ese gesto, el mensaje fue tan directo como poderoso: nadie debe ser amenazado por decir la verdad.
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