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¡Sin maíz no hay país!: México, orgulloso de sus 64 razas nativas, blinda su futuro frente al transgénico

En el Día Nacional del Maíz, Semarnat resaltó el valor de un grano domesticado hace 9 mil años y protegido hoy en la Constitución.

México late al ritmo del maíz. En cada tortilla, atole, tamal o quesadilla palpita una historia que se remonta a más de 9 mil años, cuando los pueblos originarios domesticaron este grano que hoy es símbolo de identidad y resistencia cultural.

Durante la conmemoración del Día Nacional del Maíz y de San Miguel Arcángel, la secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Alicia Bárcena, recordó que el país no sólo es cuna de este cultivo, sino también un centro de domesticación de más de 200 especies comestibles.

“El maíz es patrimonio biológico, cultural, social y económico de México. Se han documentado 64 razas, de las cuales 59 son nativas”, subrayó.

El maíz que crece en todo México

De acuerdo con Bárcena, el cultivo del maíz se realiza en los 32 estados del país, adaptándose tanto a climas áridos como tropicales y a suelos que van desde el nivel del mar hasta los 3 mil 400 metros de altitud. Este mosaico genético, destacó, se debe a la intervención de campesinos y campesinas que han conservado la diversidad del grano frente a modelos de agricultura comercial que dependen de semillas compradas, no reproducibles.

“La evolución del maíz se ha dado gracias a la intervención de campesinos, lo que ha permitido conservar su diversidad genética y su capacidad de adaptación”, señaló la titular de Semarnat.

Blindaje frente al transgénico

En el marco de la Mañanera del Pueblo de este lunes 29 de septiembre, la presidenta Claudia Sheinbaum subrayó que la decisión histórica de prohibir constitucionalmente la siembra de maíz transgénico evitó un daño irreversible.

“Si no se hubiera prohibido constitucionalmente, todas las razas de maíz que hoy tiene México estarían en riesgo”, advirtió.

La reforma a los artículos 4 y 27 de la Constitución, aprobada en marzo de este año, marcó un hito en la defensa del maíz nativo en México. Con esta modificación, el país reconoce constitucionalmente la importancia del grano para la identidad y seguridad alimentaria nacional, prohíbe el cultivo de maíz transgénico y establece regulaciones estrictas para su uso. Además, fomenta la conservación de la biodiversidad, impulsa el manejo agroecológico de las razas nativas y promueve la investigación en torno a ellas. Así, el maíz y sus parientes silvestres quedan protegidos como patrimonio biológico, económico y cultural de México, fortaleciendo la soberanía alimentaria y respaldando a las y los campesinos que lo han resguardado por generaciones.

Con esta medida, el gobierno busca salvaguardar la herencia milenaria que representa el maíz, un cultivo que no sólo alimenta, sino que construye comunidad e identidad.

“Dicen que México huele a maíz”

La jornada también estuvo cargada de símbolos. Desde Palacio Nacional, la secretaria de Medio Ambiente capitalina, Julia Álvarez Icaza, rindió homenaje a los guardianes del grano ancestral:

“Dicen que México huele a maíz, ¿y a qué otra cosa podríamos oler? Si en este momento, mientras transcurre esta Mañanera del Pueblo, miles de trabajadores y trabajadoras están comprando un atole y un tamal, y niñas y niños desayunan una quesadilla antes de ir a la escuela”. 

Álvarez Icaza reconoció la labor de campesinos, científicos, agrónomos y organizaciones comunitarias que han defendido el legado del grano. “Sin maíz, no hay país”, enfatizó.

El maíz no sólo se siembra en la tierra: se cultiva en la memoria, en la cocina y en el corazón de un país que encontró en él la esencia de su identidad.

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