En la aniquilación cínica e imparable del medio ambiente en México el gobierno es el principal destructor. Así es como hoy Peña Nieto -quien en innumerables ocasiones ha hablado de un país ‘verde’-, proyecta una falsa imagen pública de preocupación por los temas ambientalistas, mientras hace negocio a costa, nuevamente, de la vida de los seres vivos.
A diario en el país decenas de organizaciones denuncian la destrucción del medio ambiente, el culpable siempre es el gobierno, porque aun cuando son los proyectos públicos o privados los que fuerzan a talar, derrumbar y asesinar flora y fauna, éste es quien deja vía libre, cuando la inversión financiera es lo más importante. Y es que sabidos estamos que en las altas esferas del poder todo tiene que ver y depende del dinero.
La cruel destrucción del manglar de Tajamar, pasará a la historia como uno de los casos emblemáticos, que den cuenta de un gobierno asesino de cualquier ser vivo, siempre y cuando haya dinero de por medio, usando para ello las dependencias (Semarnat), como sus principales brazos políticos para ejecutar sea cual sea la orden.
En el ecocidio de Tajamar todo es legal, hasta el oportunismo y protagonismo de los principales promotores de los ataques al medio ambiente, el PVEM. No basta con erradicar la vida en aquella región, porque las tragedias son los principales escenarios de los políticos seudo ecologistas, que no pierden oportunidad para hacerse publicidad fácil y falsa.
Ni las protestas, tampoco las demandas legales, mucho menos el llanto desconsolado de ciudadanos y activistas, pudieron evitar la destrucción del manglar Tajamar, éste no es más que otro crimen que podría quedar impune.
Siendo México el paraíso de la corrupción, Cancún es hoy la sede de un nuevo delito gubernamental, que respalda a los empresarios voraces, que como los políticos que permiten el ecocidio, tienen nula conciencia ambiental.
Hoy, quienes aún no lo habían constatado, serán testigos de la historia contemporánea, que pociciona al gobierno actual no sólo como un genocida, sino también un ecocida.