El tabú del sexo, en especial en las mujeres, ha hecho que la discreción y la intimidad en su conocimiento se convierta en una estrategia de comercialización que se conoce como Tapersex: la forma de vender puerta a puerta y a través de fiestas de sólo mujeres, juguetes sexuales, lubricantes y asesoría sobre el placer.
El mecanismo es sencillo: la estructura es similar a los negocios piramidales en los que se construyen redes de relaciones y de ganancias. Pero, en el caso particular del Tapersex, quienes comercializan el producto además de ser vendedoras son consultoras sexuales y más que vender, son anfitrionas de fiestas exclusivas de mujeres en las que se muestra la variedad de productos sexuales, sus usos y se resuelven dudas.
Una mesa llena de vibradores, lubricantes y aceites en que las mujeres pueden probar, lamer, tocar todos los productos y preguntar sobre la fisiología de su cuerpo, el desconocimiento de cómo alcanzar un orgasmo y, de paso, tener una velada de diversión entre amigas.
Una de las empresas líder en el mercado es Pure Romance que estable que su modelo de negocio además de rendir frutos económicos permite el empoderamiento de la mujer al crearle una alternativa de independencia monetaria, enseñarle sobre su cuerpo, tejer redes entre ellas y mejorar la relación con las parejas.
