El transporte nocturno es esencial para atender a la población que trabaja o se moviliza durante la noche en diferentes ciudades. ¿Por qué es importante reflexionar sobre su implementación? Aunque la demanda de viajes disminuye después de la medianoche, no desaparece. Su éxito y disponibilidad no radica solamente en la oferta de rutas, sino de otros elementos como la seguridad y cómo el papel de la tecnología, garantiza este elemento.
Son al menos seis ciudades en México que cuentan actualmente con servicios de transporte nocturno de acuerdo al documento “Noctámbula: Guía incluyente hacia Ciudades de 24 horas en México”, publicado por la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano[1]. Es necesario recordar que las actividades nocturnas y esenciales continúan, a pesar de no existir un transporte público seguro que permita reducir los costos de traslado durante la noche.
En ciudades donde hay una falta de transporte nocturno; servicios como taxis colectivos, transporte empresarial, o traslados por aplicación móvil, han cubierto la necesidad de desplazamiento; sin embargo no son accesibles a la totalidad de la población. Las razones detrás de la ausencia de servicios de transporte público nocturno en diferentes ciudades se asocian principalmente a una baja demanda, los altos costos operativos, la falta de una gestión de la demanda y muy importante; factores relacionados con fenómenos de inseguridad como asaltos, acoso y hostigamiento, por mencionar algunos.
En un contexto donde la publicación de la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial concibe a ésta como derecho; la oferta de transporte urbano no se puede limitar a ciertas horas del día y es fundamental garantizar el servicio de transporte nocturno; dónde más se requiera. En los casos donde el transporte nocturno opera, cobra relevancia hablar de cómo la tecnología y algunas acciones que permiten a estos servicios nocturnos ser una alternativa segura de traslado.
Según la última Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del INEGI, publicada en septiembre de 2024[2], el 66.8% de las mujeres en México reportaron sentir inseguridad en el transporte público, en comparación con el 55.3% de los hombres. Este dato evidencia una problemática que requiere atención urgente durante todo el ciclo de 24 horas. Desde un enfoque tecnológico, existen herramientas clave que pueden mejorar significativamente las condiciones de seguridad en los traslados, brindando mayor protección y tranquilidad a los usuarios.
Fuente: Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), 2024.
Una de las herramientas fundamentales es el uso de sistemas GPS y de geolocalización en tiempo real. Estos dispositivos permiten el monitoreo de la unidad de transporte, brindando la posibilidad de visualizar el recorrido y estimar los tiempos de llegada, mejorando la información a los usuarios para planear su viaje. Esta tecnología es clave para que operadores y autoridades reaccionen de forma inmediata ante cualquier emergencia.
Otro elemento es el equipamiento de videovigilancia. Pueden ser cámaras de vigilancia, que graban tanto el interior como el exterior del transporte. Las imágenes se pueden transmitir en tiempo real a un centro de monitoreo y resguardar evidencia en investigaciones futuras. En la Ciudad de México se ha comprobado que las cámaras tiene un efecto disuasorio y actúa como un importante mecanismo de prevención del delito, tan es así que permitió reducir los delitos en transporte público hasta en un 64%.
Otra medida esencial de seguridad son los botones de pánico y sistemas de alerta que se pueden activar en caso de emergencia. Tanto pasajeros como conductores pueden usarlos para enviar una señal de auxilio a las autoridades o al centro de monitoreo en tiempo real, lo que facilita una respuesta rápida y oportuna.
Las aplicaciones móviles también desempeñan un papel importante en la seguridad del transporte nocturno ya que permiten a los pasajeros compartir su ubicación en tiempo real con contactos de confianza, conocer las rutas recomendadas, horarios y verificar los datos del conductor o hasta de la unidad de transporte. Para las personas operadoras, estas herramientas sirven para recibir alertas y reportar problemas de forma ágil.
Los esquemas de pago son también clave. En este sentido es recomendable buscar la transición de esquemas de pago en efectivo a uno digital, a través del uso de tarjetas de prepago. Lo anterior derivado de la vulnerabilidad que hay en las unidades de transporte público por transportar efectivo. La aceptación de tarjetas de prepago ha permeado en diferentes ciudades e inhibe el potencial robo en las unidades.
Por último, tecnologías como sensores de movimiento y sistemas de iluminación inteligente en vehículos y paraderos de autobuses, mejoran la seguridad en zonas oscuras o de baja visibilidad; especialmente para las mujeres. Los sensores de movimiento o testigos en la unidad, detectan frenadas o movimientos bruscos, mientras que la iluminación en parabuses se activa cuando alguien se aproxima, brindando mayor visibilidad y tranquilidad a las personas usuarias del servicio.
Estas herramientas tecnológicas permiten mejorar la experiencia del usuario al hacer la experiencia de viaje más segura, y optimizar la operatividad y control del transporte nocturno, reduciendo riesgos proporcionando respuestas rápidas ante cualquier eventualidad. El futuro del transporte nocturno estará marcado por su capacidad para garantizar traslados seguros, confiables y atractivos.
[1] Noctámbula | Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano SEDATU | Gobierno | gob.mx