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Trazan rumbo de la represión; Aurelio Nuño, el delfín peligroso

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Los que nacen con gran sapiencia dejan para un tiempo infinito frases y expresiones que en todo momento nos llevan al análisis. Se dice, y no sin razón, que el futuro de un país está en abrir escuelas y no cuarteles. En tener más aulas, no cárceles. En gastar en capacitación, en tecnología, en investigación y no en un mayor número de jueces, magistrados, supervisores de todos los niveles. Ni qué decir cuando se mencionan los valores y la aplicación de estos hacia la sociedad, la familia y, por supuesto, la Patria. Ninguno de estos enunciados aparece en el diccionario de quien en el presente se encarga de la Secretaría de Educación Pública, y los hechos así lo revelan al señalar Aurelio Nuño que solamente para Oaxaca enviará a diez mil federales para que vigilen las evaluaciones extraordinarias que en un dejo de benevolencia decidió hacer fuera de la fecha programada.

Como se supo en su momento a Entidades como Michoacán y Guerrero también se envió y utilizó la fuerza pública para una segunda ronda de evaluaciones. Las fotografías sobre estos hechos resultan de alto impacto ya que no se pensó jamás que detrás de un maestro debería lucir el uniforme de un policía ya fuese municipal, estatal, federal o miembro de las Fuerzas Armadas. Si ese es el panorama y las acciones que se emprenden para lograr que se acepten todas las disposiciones de la reforma educativa ya puede preverse el grado de autoritarismo que regirá con cualquier otra inconformidad. Según los estrategas del amigo del inquilino de Los Pinos que desea subir a la silla presidencial, estas determinaciones se tomaron luego de una exhaustiva encuesta que demuestra que la sociedad está muy inconforme con los maestros rijosos, con los de la CNTE y también con la SNTE.

Sólo que las opiniones de unos cuantos que por cierto y ya en corto revelaron que tampoco fueron la mayoría, no es justificante para el empleo de la fuerza pública hasta para una evaluación. Y sí, la inconformidad de los padres de familia es mayúscula porque los presupuestos que se dedican a la educación son multimillonarios y, sin embargo, las escuelas están en ruinas, no se tienen los implementos necesarios en casi todas para lograr una enseñanza acorde con los tiempos actuales, tampoco existe un proyecto educativo de alto nivel que evite que nuestros egresados de escuelas superiores sean rechazados en las empresas en donde las especializaciones son una exigencia. Con los de la SNTE, Nuño se considera blindado, sólo que también ya sabe que ese blindaje cuesta y mucho, y en esas lides cualquier día al que hoy se ve como líder mañana la mayoría lo desconoce con todo y que algunos y sólo algunos alcancen aumentos por los que la división entre el magisterio avanza rápidamente.

Pueden ser calificados los de la CNTE de provocadores, de incendiarios, de desquiciadores de ciudades, de haber liquidado la educación en las Entidades en donde tienen presencia y hasta en aquellas a las que se presentan para paralizar sus avenidas y plazas principales. Sin embargo, la educación en el país no está mejor que en esos puntos en donde los ubican como desestabilizadores, y también es cierto que, junto con otros sindicatos, son ya los únicos que, pese a que saben que corren un peligro real y tenebroso como es el ser encarcelados junto a narcotraficantes o mochaorejas, no dejan de dar batalla dentro de un país que se hunde entre los abusos, la corrupción, la impunidad, los excesos de poder, los saqueos y que va sumiendo a sus pobladores en la miseria, rematando el extraordinario patrimonio nacional con el que se contaba en el subsuelo, en el suelo, en los mares, en las bellezas naturales. No, no hay nada que pueda justificar lo que Nuño y todo el equipo de Peña Nieto está realizando en cada área. Para ellos pueden estar las cosas muy bien porque escuchan que “los músicos, toca y toca”.

DELFIN DE TERROR

Muy mala noticia para México sería que el actual secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, se convirtiera en candidato del PRI a la Presidencia de la República y, eventualmente, alcanzará la Primera Magistratura de la Nación. Sin duda, el país avanzaría hacia la consolidación de un Estado policial, delineado desde el gobierno de Felipe Calderón, y no desechado en la administración de Peña Nieto. México pasaría de una democracia imperfecta a una dictadura perfeccionada al servicio del capital, nacional e internacional, con las fuerzas del Estado aceitadas y preparadas para sofocar cualquier inconformidad social.

El uso de la fuerza del Estado para llevar a cabo sus propósitos, ha sido la característica más relevante mostrada hasta el momento por el titular de la SEP, que defiende una reforma que carece de un proyecto educativo que la guié y le dé sustento, con prácticas de evaluación imperfectas y poco confiables, y que además es de carácter punitivo. Nuño está enfocado en imponer por la fuerza una reforma educativa imperfecta, inadecuada, cuando lo que necesita el país es una profunda transformación del sistema educativo con equidad e inclusión social y que fortalezca la generación de una ciudadanía crítica y solidaria.

La última acción que muestra el carácter real del titular de la SEP es la movilización de 10 mil elementos de la Policía Federal al estado de Oaxaca para “blindar” la evaluación docente de este fin de semana. No hay que pasar por alto que Oaxaca es sede y bastión de la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), gremio que ha manifestado su intención de boicotear el examen. Nuño admite que poner en fechas separadas la evaluación en Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas, le permite la movilización y concentración de la Policía Federal para, dice, poder garantiza la evaluación. Justifica que la nueva legislación elimina viejas prácticas, como “marchar por la fuerza”, y desmantela el control que ejercían distintos liderazgos sindicales sobre las plazas y los ascensos.

Pero estas acciones de control político de movimientos sociales a través del uso de la fuerza pública y la desarticulación del magisterio nacional que se convirtió en una extraordinaria maquinaria electoral en los últimos 10 años al servicio del mejor postor, en nada abonan al tema de la educación en el país, que es lo que tendría que estar trabajando Nuño si aspira seriamente a ser abanderado presidencial priísta. La reforma educativa que defiende a capa y espada, con la Policía Federal como escudo y punta de lanza, carece de sustento y tiene carácter punitivo, como lo concluyó el resolutivo del Congreso Nacional de Investigación Educativa.

México, concluyeron los expertos reunidos en Chihuahua, requiere una reforma incluyente y respetuosa del magisterio. Los cambios constitucionales en la materia se realizaron sin la participación ni la consulta debida a los maestros. Critican que la reforma educativa se ha fincado en la estigmatización del magisterio, con lo que se perdió no sólo al actor principal de cambio en los procesos educativos, sino que se le desautorizó socialmente y se le condujo a una situación limite: “someterse o perder el empleo”.

De acuerdo con el Congreso Nacional de Investigación Educativa, en el que participaron expertos como Alberto Arnaut, Eduardo Wiss, Roberto Rodríguez Gómez, Ángel Díaz Barriga, María de Ibarrola, Alicia de Alba, Patricia Ducoing, Manuel Gil Antón, Imanol Ordorika, Patricio Solís Gutiérrez, Etelvina Sandoval Flores, Carlos Ornelas, entre otros, la reforma educativa emprendida por el gobierno de Enrique Peña Nieto “se reduce a un conjunto de modificaciones legales para la administración del sistema escolar” y “se limita a regular las condiciones laborales del magisterio, a través de procedimientos de evaluación que, lejos de contribuir a la mejora docente, conforma un aparato abigarrado de control y vigilancia al que son sometidos, de manera vertical y autoritaria, las y los profesores de nuestro país”.

Los expertos advierten que ni la violencia ni la administración selectiva de la justicia con fines políticos son formas adecuadas para resolver la gran polarización que ha provocado la reforma gubernamental. Sostienen que “el apresuramiento en su diseño y construcción han impedido una validación adecuada de las pruebas y existe una gran improvisación en la capacitación de evaluadores. En suma, no se garantiza una evaluación confiable y en cambio se ponen en juego las condiciones de vida de cientos de miles de maestras y maestros”.

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