Las personas tenemos una increíble habilidad para recordar cosas del pasado, incluso cuando es algo de poca o nula importancia. Evocar lo que cenamos en las navidades pasadas o aquel chiste que contó un amigo hace tres meses forma parte de los procesos de la memoria episódica.
Un estudio publicado en Current Biology, realizado por investigadores del departamento de Etología de la Universidad Eötvös Loránd en Hungría, revela que los canes poseen una memoria similar a la episódica de los humanos.
“Los resultados pueden considerarse como un paso más para derribar las barreras entre animales no humanos y humanos”, explica a Sinc Claudia Fugazza. “Les tenemos por listos, pero aún nos sorprenden las investigaciones que demuestran que compartimos algunas habilidades mentales, a pesar de una evolución muy diferente”, añade.
La memoria episódica humana se refiere a la evocación, de forma explícita, de sucesos autobiográficos. El término fue acuñado en 1972 por Endel Tulving, quien estableció la diferencia entre memoria semántica (saber) y episódica (recordar). La primera es más factual, mientras que la segunda es un sentimiento o sensación que traemos de nuestro pasado.
En animales, la denominación “memoria similar a episódica” se refiere a la habilidad de codificar y obtener información –qué, cuándo y dónde– sobre un hecho determinado. El calificativo se debe a que no existe evidencia fiable que demuestre conciencia en esta forma de rememorar.
En estudios anteriores, Fugazza y sus compañeros descubrieron que los perros podían imitar acciones humanas, incluso después de 24 horas de haberlas presenciado. La única condición fundamental era darles una orden previa. De este modo, se demostró que los perros poseen una memoria semántica que implica la preparación de una respuesta, a la vez que se codifica el mensaje (la orden).
Respecto a si la memoria episódica existe realmente en animales, no es tan simple como preguntarle al animal qué recuerda. Los investigadores aprovecharon un truco de imitación para que los perros, al ver a una persona hacer algo, lo imitaran ellos mismos. Así, si el dueño saltaba, el perro le imitaba al ejecutar la orden.
Experimentos para reconocer las acciones
Los científicos entrenaron a 17 perros de diferentes razas que tuvieron que repetir acciones humanas con el truco de imitación, como por ejemplo tocar un paraguas. Posteriormente, se hizo otra ronda de entrenamiento para que los perros se echaran al suelo al ver la acción, sin importar cuál fuera. Ambas pruebas se repitieron en intervalos de un minuto y una hora.
Sin embargo, como este entrenamiento por sí solo no es prueba fehaciente de una memoria episódica canina, los investigadores debían probar que los perros recuerdan lo que han visto hacer a una persona, incluso cuando no esperan atención o recompensas. Para ello, se añadió a la orden previa un elemento sorpresa para ver cómo reaccionaban los animales.
“En estas pruebas de imitación inesperadas, los perros se acostaron espontáneamente primero, a la espera de la orden. Cuando el dueño daba de manera inesperada la orden de imitación, los perros imitaron la acción demostrada previamente. Pero su memoria declinó rápidamente (es decir, menos perros imitaban) cuanto mayor fue el intervalo de tiempo”, recalca a Sinc la experta.
El experimento demuestra así que las mascotas recuerdan lo que ven a la persona hacer, aunque no tengan motivo aparente para recordarlo. Sin embargo, su memoria mengua conforme aumentan los intervalos de tiempo.
Para los científicos, esta estrategia es adaptable y puede usarse para un amplio abanico de especies. La investigación permitiría entender la mente de los animales, y cómo procesan sus propias acciones y las de su entorno.
“Desde una perspectiva evolutiva, este experimento demuestra que la memoria episódica no es única ni evolucionó solo en primates, sino que está más extendida en el reino animal”, concluye Fugazza.