Por: Zazil Carreras
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¿Qué sucede cuando la seguridad pública no garantiza el derecho de los ciudadanos a la seguridad pública o cuando los grupos del crimen organizado penetran el tejido social de las comunidades?
En México, estas interrogantes están siendo contestadas con la creación de grupos de autodefensa que se encuentran presentes con mayor fuerza en diversas comunidades de 8 entidades del país.
El dirigente de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado del Guerrero (UPOEG), Bruno Plácido Valerio, anunció la integración de la Policía Comunitaria en cinco municipios de la Costa Chica para garantizar la seguridad de los ciudadanos, además de iniciar la reconstrucción del tejido social.
De acuerdo con el último recuento, del 5 de enero a la fecha se han constituido en localidades de Ayutla de los Libres y Tecoanapa mil 174 integrantes de la Policía Comunitaria, con base en el consenso de los ciudadanos.
Este tipo de agrupaciones están sujetas a juicios por parte de las autoridades, quienes lejos de entender el problema de origen, están tratando de encontrar una explicación a su existencia y, gravemente, comparan a estas organizaciones con grupos paramilitares argumentando que entre ellos existe una tenue diferencia.
Dos de estos personajes son el coordinador de la bancada de diputados del Partido Revolucionario Institucional (PRD), Manlio Fabio Beltrones y el titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), quienes han emitido juicios severos en torno a la situación que se vive en Guerrero.
El gobernador Ángel Aguirre Rivero arremetió contra estos personajes, a quienes dijo: “A esos políticos que nos han criticado y que nos han dicho que en Guerrero no se aplica la ley y que no existe estado de Derecho; a esos quiero conminarlos a que ojala tengan la oportunidad de venir aquí, que conozcan nuestra realidad que dista mucho de la que ellos contemplan en el Distrito Federal.”
En Michoacán se vive un clima similar, aunque con menos grupos de autodefensa conformados en comparación con Guerrero, sin embargo, el factor común entre los estados en los que existe presencia de este tipo de grupos sigue siendo el mismo: el abandono por parte del gobierno, en sus tres niveles, a grupos minoritarios de la sociedad.
Estos hechos, que sintetizan la marginación y la pobreza que viven los grupos indígenas en el interior de la República, brindan una clara muestra que indica que los grupos de autodefensa no responden simplemente a una aparición espontánea, sino a un olvido sistemático por parte de los tres niveles de gobierno que, desde hace muchos años, han olvidado proteger a estos sectores de la población, que ahora se levantan en pie de lucha, en un legítimo ejercicio de defensa ante el olvido de quienes deben protegerlos.