La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) condenó enérgicamente los ataques violentos contra el Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCUT), perpetrados por encapuchados que se desprendieron de la marcha del 2 de octubre. El recinto, fundado como Memorial del 68, fue blanco de agresiones con explosivos caseros, pintas y destrozos en su fachada.
“Atacar un centro cultural que nació como un Memorial del 68 es una afrenta a quienes lucharon en paz por una sociedad más justa, tolerante y democrática”, expresó la UNAM en un comunicado.
Subrayó que la violencia jamás podrá ser camino para el entendimiento.
El golpe al CCUT
Los agresores rompieron los cristales del acceso principal, arrojaron artefactos explosivos que provocaron daños en el primer piso y realizaron pintas sobre columnas y muros. También resultaron afectados varios vehículos en el exterior. Aunque hubo detonaciones, ninguna persona resultó lesionada dentro del recinto.
El CCUT reiteró su vocación como espacio de memoria, derechos humanos e identidades, y recalcó que nunca compartirá la violencia ni la intolerancia como vías de expresión.

Rumores falsos y saldo real
La jornada estuvo marcada no solo por la violencia, sino también por la desinformación. En redes sociales circuló la versión de que un policía había muerto tras sufrir quemaduras, pero la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) desmintió categóricamente esa información:
“Respecto a la información sobre el fallecimiento de un policía por quemaduras, se señala que es falso”.
Lo cierto es que 94 policías fueron hospitalizados, tres en estado delicado, además de 29 civiles atendidos por paramédicos en el lugar.
Escalada de encapuchados
De acuerdo con las autoridades, en la marcha participaron cerca de 10 mil personas, la mayoría pacíficas. Sin embargo, más de 350 encapuchados —siete veces más que en movilizaciones previas— protagonizaron saqueos, incendios y ataques con bombas molotov, piedras y cohetones.

El secretario de Gobierno de la Ciudad de México, César Cravioto, aseguró que los disturbios buscaban provocar a la policía capitalina y generar un escenario de represión que nunca ocurrió:
“Qué más hubieran querido algunos que la nota fuera: ‘Después de 57 años vuelve a haber represión contra jóvenes’; pero se quedaron otra vez con las ganas”.
La memoria resiste
Entre incendios, rumores y violencia, el mensaje de la UNAM quedó firme: el ataque al CCUT no debilita su papel como espacio de memoria y resistencia pacífica. La máxima casa de estudios anunció que ya se evalúan los daños y que se presentarán las denuncias correspondientes para sancionar a los responsables.
“El Memorial del 68 se defiende con memoria, no con violencia”, sentenció la UNAM.