(25 de junio, 2019. Revolución TRESPUNTOCERO).- En abril pasado, los habitantes del ejido Buena Vista, en Tamaulipas, se comunicaron con el defensor de Derechos Humanos, Néstor Salgado. Buscaron su ayuda al ser víctimas de violencia y homicidios por parte de un grupo armado de nombre La Columna Armada. Le pidieron auxilio ya que nadie les había brindado protección pese a las denuncias ante el estado y la federación.
“Cuando escuché la tragedia que ahí se vivía me pareció increíble, en algún momento casi exagerado. Porque me decían que todos los días les disparaban que siempre estaba sitiado el territorio donde habitan mujeres, niños, ancianos y uno que otro hombre joven. Pero me presentaron pruebas y me di cuenta que todo era cierto.
“Me mandaron videos de los disparos y de la violencia. Ya observando todo lo que sufrían, no tienen agua potable, tampoco medicinas y menos luz eléctrica, me dispuse a ayudarlos. Son personas que en el momento que se asoman fuera del ejido son ejecutadas de una manera cobarde, porque hasta por la espalda les dan”, comentó a Revolución TRESPUNTOCERO,el defensor de Derechos Humanos Néstor Troncoso.
La Columna Armada surgió el 2009 como un grupo de autodefensa y al principio cumplió su función en Hidalgo y el norte de Ciudad Victoria rumbo a San Fernando, Tamaulipas.
“Pero con el tiempo se convirtió en un cártel. Comenzó a cobrar derecho de piso, los miembros de la Columna amenazaron a las familias y les quitaron las cosechas de naranja incluso las propiedades y dejaron de permitir el paso a cualquier autoridad a esa región”, dijo Troncoso.
De acuerdo a un reportaje publicado en este medio, se dio a conocer que de octubre a abril pasado, se habían contabilizado tres homicidios por parte de este grupo en contra de la comunidad Buena Vista.
El defensor de Derechos Humanos, informó que presentó una denuncia por el caso ante la Secretaría de Gobernación, señaló que “en años recientes la Columna Armada permitió la entrada de policías locales quienes han sido seleccionados por ellos. Y por lo mismo estaban bajo las órdenes de este grupo”.
A Néstor Troncoso la violencia en su contra lo llevó a convertirse en víctima de desplazamiento forzado interno. “Uno ya está muerto. Uno sabe que va morir en cualquier momento y en cualquier lugar. A uno cualquier rato le dan un plomazo, cualquier rato le cortan la cabeza. A lo que se aspira es que no te torturen. Mejor pelea para que te maten en ese momento y no es torturado”.
El defensor asegura que “uno ya perdió todo por eso ya se está muerto. Uno ya no tiene la vida que le pertenece. Lo mejor que me puede pasar, repito, es que me den un plomazo y no que me lleven”.