(13 de enero, 2016. Hablemos de Sexo / Revolución TRESPUNTOCERO).- Mi mejor amiga de la universidad tenía un novio terrible. Llevaban varios años juntos, pero él envidiaba que ella estudiara, le prohibía ponerse ropa que a él no le gustara y se ponía celoso cuando mi amiga se veía con gente de la facultad. Después de muchos problemas un día mi amiga me llamó porque habían roto. Tomamos un café y me contó todo. Yo le repetí lo que le había dicho varias veces: que mejor para ella, que él no merecía la pena, que ella era mucho mejor y que qué bueno que se lo haya quitado de encima
Dos meses más tarde me contó que llevaban tiempo retomando comunicaciones. Dos semanas después que volvían a ser pareja. Y tres meses más tarde ella desapareció cuando rompieron… cuando volvió, desgraciadamente, no era la misma.
Había roto con su novio, lo había superado e incluso tenía uno nuevo, pero nuestra amistad nunca volvió a ser igual. Simplemente se distanció.
Lo que yo pensé que era mi obligación como amiga, abrirle los ojos, fue una extralimitación por mi parte. Y peor aún, como sabía cuál era mi drástica opinión, no se sentía cómoda para contarme cuando tuvo un problema real.
“ERROR DESCOMUNAL QUE TENEMOS TODAS LAS MUJERES (Y QUIZÁS TAMBIÉN LOS HOMBRES, NO LO SÉ) CUANDO NUESTRAS AMIGAS TERMINAN UNA RELACIÓN: HABLAR MAL DE SU AHORA EX NOVIO.”
Claro, queremos consolarla y para ello pasamos a hablar mal del ex: que si era un estúpido por dejarla, que si no la merece, que si estaba claro… MAL MAL MAL