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Comentocracia, hijos del poder, hijos que han quedado huérfanos, que ya no reciben del mismo ni un centavo: Epigmenio Ibarra

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En su columna para Milenio, Epigmenio Ibarra destaca que pese a que existen comentaristas de radio, televisión influyentes y afanados, eso no les asegura necesariamente ser los más exitosos en cuestión de índices de audiencia.

Lo que se traduce a que se presenten como víctimas de la censura gubernamental y el público les pagara con la misma moneda y les diera la espalda como “ellos se la dieron siempre a la realidad”.

Durante décadas fueron y pretenden seguirlo siendo, lideres de opinión, dueños de la conciencia de un país ” que a fin de cuentas se mantenía a flote solo en la medida en que no tenía conciencia. Ahora extraviados dan, aunque aún no lo saben, golpes en el vacío.”

En este contexto, explica que el cambio los tomó por sorpresa, a pesar de ser urgente pues fueron ajenos a lo que en el país sucede al vivir a la sombra del viejo régimen.

“No vieron venir el cambio; no lo creyeron posible. Son, ciertamente, dueños de sus palabras, de su voz, de su imagen, pero no lo son en absoluto —nunca lo han sido— de sus ideas.”

De esta forma, Epigmenio resalta que actualmente han recurrido a los clichés del pasado para seguir opinando, pues al ser hijos del poder se quedaron huérfanos y ya no reciben del mismo ni un centavo, no saben qué hacer.

“Hoy siguen haciendo lo que hicieron siempre: hacen más a los menos y menos a los más. Ignoran a las masas, multiplican a los pocos que creen sus iguales” indicó.

Menciona que  al no saber como sobrevivir, a la oposición le ha quedado la tarea obsesiva de tratar de destruir la democracia. Lo anterior luego de que diversos diarios, radios y televisoras hablaran de lo ocurrido este domingo 1 de diciembre y llamaran “acarreados” “fanáticos”  a los que llenaron  el Zócalo

La llamada comentocracia consideró que casi eran sirvientes de López Obrador mientras que los que marcharon por Reforma, vestidos de blanco, eran “ciudadanos libres” preocupados por la seguridad.

“No dicen que en esa marcha iban quienes justificaron la masacre y que lo que ahí se pedía era el retorno de la mano dura y el regreso a un feroz y anacrónico enfrentamiento ideológico.”

” Así como las consignas de esa marcha —que no supo leer ni interpretar—, la llamada comentocracia vive atada al pasado y añorando el yugo al que por décadas estuvo sometida” añadió.

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