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Todo lo que siempre quisiste conocer sobre los refrescos light y que nadie te dijo: aporte calórico, endulzantes, perjuicios para la salud

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La industria de los alimentos en múltiples ocasiones incurre en trucos publicitarios para promocionar sus productos.

El caso de los refrescos light es uno de los más notorios, pues en la publicidad se presume su contenido calórico mínimo (e inclusive de cero). Sin embargo, ¿alguna vez te has preguntado con qué se endulza estos productos?

La Revista del Consumidor de la Procuraduría Federal del consumidor (Profeco) en su edición de enero de 2021 publicó una investigación sobre los productos light.

Lo más relevante es que la industria ha modificado los contenidos de azúcares en los productos originales adicionando edulcorantes no calóricos. Como son acesulfame potásico o sucralosa.

Así, sustituyen el azúcar por edulcorantes no calóricos, logrando una reducción del aporte calórico hasta un 100%. Los edulcorantes más utilizados son mezclas de aspartame y acesulfame K.

El acesulfame potásico (K) es un aditivo edulcorante artificial que no contiene calorías. Se descubrió en 1967, y su fórmula química es C4H4KNO4S. El acesulfamo resulta entre 130 y 200 veces más dulce que la sacarosa y también se utiliza como potenciador del sabor.

En tanto, la sucralosa es un edulcorante artificial no nutritivo, se obtiene a partir de la sacarosa y resulta unas 600 veces más dulce.

“Es importante que sepas que entre mayor sea el contenido neto del producto, mayor será el contenido de azúcares”, publicó Profeco.

Recomendaciones de Profeco

Pese a que las sustancias que sustituyen el azúcar no tienen mayor riesgo para la salud, la Profeco recomienda no consumir en exceso estos productos. Así como no caer en la publicidad engañosa que asegura que ayudan a bajar de peso.

Por lo que emite las siguientes recomendaciones para un consumo responsable de refrescos light.

  1. Cuida las cantidades: Ningún alimento por sí solo engorda. Debes encontrar el balance entre tu consumo de calorías y las que gastas cuando realizas tus actividades diarias. Es decir tener un balance energético global.
  2. Te están tomando el pelo: Los alimentos “light” no hacen que bajes de peso. Si bien su aporte energético puede ser inferior respecto a su referente convencional. Algunos de ellos, por su naturaleza, contienen grasas y azúcares en cantidades significativas.
  3. Lee las etiquetas: Siempre revisa el etiquetado y las tablas nutrimentales. Principalmente el aporte energético. Ten en cuenta el tamaño de las porciones. Recuerda que ya se cuenta con el nuevo sistema de etiquetado frontal, que sirve para identificar cuando un producto tenga exceso de algún nutrimento crítico. Y leyendas precautorias sobre edulcorante y cafeína.
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