Záyin Dáleth Villavicencio / @ZayinDaleth3_0 y Gustavo Aguado / @Gustavo3_0
(29 de julio, 2013).- Para los cárteles de la droga las reglas son claras y cuando se rompen el castigo es inminente. Él lo sabe bien, y si es el precio por defender a su pueblo, dice, “Voy a morir en la raya”. Su nombre es Juan Manuel, también conocido como el M3, ex miembro del cártel de Los Caballeros Templarios, hoy integrante de la Policía Comunitaria de Aguililla, Michoacán.
Ahora de 18 años de edad, Juan Manuel, formó parte de los jóvenes de la región reclutados por este cártel de la droga desde los 14 años. Al paso de los años obtuvo un rango en la organización, un traje tipo militar, una AK-47 o cuerno de chivo, así como una mochila con 300 tiros y, con todo ello, la confianza para conocer todo lo que rodea al mundo del narco en Michoacán.
Los Caballeros Templarios, Guardia Michoacana, como se hacen llamar, son la escisión del cártel del narcotráfico La Familia Michoacana. Luego de su surgimiento, emprendieron un intenso proceso de reclutamiento para fortalecerse y conservar su papel en el tráfico de drogas entre Centroamérica y Estados Unidos.
Luego de poco más de tres años en las filas de la organización, el joven conoció a personajes como el M-10; así como a Servando Gómez Martínez “La Tuta” y a Nazario Moreno González conocido como “El Chayo” y autonombrado “El Más Loco”, quien según anuncios del Gobierno Federal, había fallecido el 9 de diciembre de 2010, tras un enfrentamiento entre traficantes y la Policía Federal (PF).
No obstante, aunque sabe que violó las reglas de disciplina y honor de la Orden de los Templarios, hoy se encuentra en el otro bando. La razón: “defender a mi pueblo”. En entrevista para REVOLUCIÓN TRESPUNTOCERO, el ex gatillero describe el mundo del narco desde el municipio de Aguililla en Tierra Caliente, la región más peligrosa de Michoacán y corazón de Los Caballeros Templarios.
Delgado, de complexión y apariencia calentana, este joven se protege con un inseparable chaleco antibalas, el dedo siempre en el gatillo de una AK-47 y una .38, así como varios cargadores.
NOTA DEL EDITOR: se ha respetado la transcripción textual de todas las declaraciones del entrevistado.
REV3.0 – ¿Desde cuándo entraste a la organización?
M3 – Desde los 14 años; pero no era buena vida porque cuando ponían retenes les robábamos sus cosas, sus celulares a la gente y cuando matan a alguien, lo matan amarrado, los amarran para poderlos matar.
REV3.0 – ¿Sabes usar las armas que portas?
M3 – Sí, de todas.
REV3.0 – ¿Cómo aprendiste?
M3 – Yo nomas mirando y luego mi papá que era comandante me enseño él todo desde morrillo.
REV3.0 – ¿Has disparado alguna vez?
M3 – Sí, varias veces.
REV3.0 – ¿Eras sicario?
M3 – Sí, usaba arma, traía ajuar pero nunca fui a un enfrentamiento. Cuando entran se los llevan ajuariados, enrriflados [les dan un traje tipo militar y armas], pero los llevan a trabajar en la sierra a las tumbas, pero cuando va gobierno guardan las armas para que no vean que son Templarios.
REV3.0 – ¿Por qué decidiste dejar a los Templarios?
M3 – Dejé eso porque mi tío decía “ya salte porque estas cosas van a cambiar”, me salí y me fui a Tijuana pero estaba una semana en Apatzingán y me dijo “esto ya valió madre güey”.
REV3.0 – ¿Y si de este lado te toca le entras?
M3 – Sí pues cómo no […] un amigo que está allá en Estados Unidos, dice que andan como unos ocho de los meros chidos allá […] Dicen que con nosotros está pelada.
REV3.0 – ¿Estás consciente de que te pueden matar? ¿Qué piensas?
M3 – Yo no sé si me vayan a matar, pero nos vamos a morir en la raya defendiendo al pueblo que es de nosotros. Esos güeyes ni eran de aquí, nosotros conocemos cada punto donde se la pasan.
Juan Manuel abandonó al cártel meses atrás, viajó a Tijuana, y regresó a Apatzingán días antes de la conformación del grupo de autodefensa en Aguililla, Michoacán. Este grupo surgió el pasado 26 de junio en combate directo con la organización de los Templarios: Juan Manuel decidió cambiar de bando por defender a su pueblo.
Hoy forma parte de la Policía Comunitaria que resguarda la cabecera municipal de Aguililla, de donde el pueblo organizado logró sacar a los miembros de este cártel. El grupo de autodefensa, como también se conoce en la región, resguarda los accesos al municipio con hombres fuertemente armados, habitantes del pueblo.
El ex templario guió a REVOLUCIÓN TRESPUNTOCERO en un recorrido por las propiedades que antes eran habitadas y utilizadas como guaridas de los líderes del narcotráfico en Aguililla, el centro de operación del narco en Michoacán. En estas propiedades el grupo de autodefensa encontró vehículos de lujo, camionetas clonadas tipo militar, armamento, dinero y drogas.
La primera casa que visitamos fue domicilio del M-10, jefe de la plaza y mano derecha de Enrique Plancarte. También tienen en sus manos propiedades de El Músico, donde se encontró una camioneta tipo militar, dinero y varias armas dentro de un vehículo de lujo, en un compartimento secreto.
En la casa, ubicada en la calle Melchor Ocampo sin número, a unas cuadras de la Presidencia Municipal de Aguililla, “metían camionetas, metían una clonada de los militares, aquí nomás la usaban para traer viejas y divertirse, donde se la pasaban siempre es allá abajo en otra casa”, aseguró el joven.
“Porque ellos se la pasaban aquí en Aguililla, pero nada más escuchaban que venían los militares, porque ellos escuchan desde Apatzingán, escuchan todo del cuartel. Cuando el gobierno entra, ellos ya van quién sabe para dónde”.
De los decomisos, detalló: “Acá para un cerro les hallamos dos tinacos, uno tenía un tiro de FAL [Fusil Automático Ligero], de los que traen los militares, pero tienen hartas armas grandes, traen R-15, cuernos, pero donde esté ‘El Chayo’, él los entrena siempre se la avienta con traje militar”.
“Los que traen cuerno [AK-47] ésos les dan el ajuar [un traje tipo militar] el cuerno y 300 tiros. Los que traen FAL son los que están entrenados, ellos traen el FAL y 500 tiros en la mochila. Pero ellos nunca peleaban primero, eran los últimos que peleaban siempre, siempre peleaban primero los de los pueblos y ya cuando se les ponía más pelada ellos llegaban”.
REV3.0 – ¿Conociste a El Chayo?
M3 – Cuando nosotros estábamos allí el se iba para las enramadas donde se juntaba con don Arlomo Ponciano, “El Quique”, “La Tuta”. Pero ni se parece porque se hizo cirugía, ahí nos hacía juntas.
Él los entrena […] en ese entrenamiento son tres meses de curso, casi ahí es puro ver películas y lo que ves lo tienen que hacer si es corriendo por el cerro o por donde sea. Ya que pasan el entrenamiento, ésos son los que portan FAL.
REV3.0 – ¿Hay extranjeros con ellos?
M3 – Sí, colombianos, está un güey que le dicen “El gato colombiano”, es el que les detona el mortero, [un arma que dispara generalmente proyectiles explosivos o granadas]. Es un tubo así como una zanahoria y al tiempo de pegar avienta y cuando cae, expande lumbre, como un misil, lo han detonado en el Puente de Fierro cuando la balacera con el Chango Méndez, detonó uno ahí en El Aguaje.
También el Dinas, ese güey manda en Tumbiscatío, el Tuta en Arteaga. Siempre se la avientan con traje militar, si una vez venían nos acababan de mandar a reforzar, venían en dos Cheyennes de militares y ellos les dieron el paso. El Chayo tiene tres camionetas de militares, son en las que ellos se camuflajean en el cerro.
REV3.0 – ¿Tienen acuerdos con los militares?
M3 – Hace como unos seis meses habían llegado una Cheyenne y un carro grande de militares y nomás les dieron 20 mil pesos y una vaca a cada uno y ya estaban comprados, ya nomás les mandaban un mensaje “vamos a salir, vamos a rondinear”.
REV3.0 – ¿Con el armamento que tienen pueden acabar con los Federales?
M3 – Ellos pelean de montón, pero no, ahorita las armas las traemos nosotros, el que sí es el Chayo, él tiene misiles, querían aventar uno a Tepeque, pero el Chayo les dijo que no que iban a acabar con muchas familias inocentes.
REV3.0 – ¿Están dando la batalla los Caballeros contra las Policías Comunitarias?
M3 – La están dando duro, pero como los comunitarios decimos, que cómo nos vamos a dejar si ya tenemos el pueblo bien ganado.
Juan Manuel Aka espera poder ganar la batalla por “un pueblo libre”; su sueño sería trabajar en el campo y haber estudiado algo relacionado con eso. No obstante, no descarta dejar detrás esa vida, para dejar de dormir con su arma en la mano. Hoy busca reintegrarse a la sociedad con la ayuda de los que conforman el grupo de autodefensa; ya no se droga y está a días de ser padre.
Cobertura especial de REVOLUCIÓN TRESPUNTOCERO en Tierra Caliente:
También puedes ver la entrevista completa en YouTube.