El chipotludo Lorenzo Córdova: la guerra de propaganda entre el INE y la 4T

El Instituto Nacional Electoral (INE) ofreció una sorprendente muestra de humor involuntario, propia del surrealismo mexicano, en medio de su batalla de propaganda frente al presidente Andrés Manuel López Obrador. Una batalla comunicacional donde la sorpresiva irrupción de un chile desató todo tipo de comentarios en redes.

El pasado lunes, el mandatario presentó una tabla comparativa del gasto electoral de México frente a otros países de América Latina. De acuerdo con cifras de la Presidencia, en 2021 México asignó una partida presupuestal de 1,318 millones de dólares para el órgano electoral, cifra que supera al presupuesto conjunto que invirtieron en el mismo año Colombia, Perú, Argentina, Ecuador, Chile, Panamá, Costa Rica, Honduras, Bolivia, Guatemala, Uruguay, Nicaragua y Paraguay, que en total suman un monto de 1,197 millones de dólares.

Esto significa que México gasta más dinero que 13 países de América Latina juntos, en sus órganos electorales.

La respuesta del INE llegó horas después. Lo peculiar fue el vocero que eligieron: un personaje caricaturesco y malhumorado de nombre, Al Chipotle, quien porta una botarga de lo que se supone es un chile chipotle, pero que en realidad tiene más parecido a un pimiento morrón.

“¿A poco se creyeron eso de que el INE es el instituto electoral más caro de América Latina?”, señaló Al Chipotle en un video de 27 segundos publicado en la cuenta oficial del órgano electoral. “El INE, además de organizar elecciones, emite credenciales aquí y en el extranjero, capacita a personas para que integren las casillas, fiscaliza ingresos y gastos de partidos políticos, administra tiempos en radio y televisión, además promueve la educación cívica y la participación”, respondió.

La popularidad del personaje estalló un día después, el martes, cuando se convirtió en tema de conversación en redes. Algunos tuiteros, establecieron ciertos paralelismos entre el gesto malhumorado de Al Chipotle, con otro video en que se muestra al consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, señalar en tono exaltado que el órgano electoral no cuenta con dinero suficiente para organizar la consulta para la revocación de mandato, tema que se ha convertido en la última batalla política entre las cúpulas del INE y el presidente López Obrador.

Si bien es cierto que el INE realiza tareas que no realizan otros organismos electorales en el continente, como bien mencionó el caricaturesco chile chipotle, el tema de fondo sobre el manejo de recursos públicos que hace el órgano electoral, tiene precisamente que ver con la ineficacia que con el paso de los años ha demostrado a la hora de realizar esas otras tareas encomendadas.

El aspecto más relevante, es sin duda la fiscalización del gasto electoral. Un tema donde el INE ha demostrado su ineficiencia a niveles absurdos, pese a contar con un presupuesto anual de 517 millones de pesos en 2021.

El tema de la fiscalización viene muy a cuento con otro asunto que ha sido muy comentado en fechas recientes por la derecha mexicana y los grandes medios corporativos. Tal es el caso de la sanción impuesta por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) en contra de Morena “por haber omitido el reporte de ingresos en los años 2014 y 2015, a partir de la utilización de un esquema de financiamiento paralelo para apoyar sus actividades ordinarias, mediante la retención de un porcentaje del salario de los trabajadores del municipio de Texcoco y del Sistema del Desarrollo Integral para la Familia (DIF) de ese municipio, por un monto acreditado de 2 millones 264 mil 612 pesos”.

Un caso que involucra a la actual secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez, y que fue denunciado desde 2017.

El TEPJF reconoce que tras “un extenso trámite dentro del procedimiento sancionador”, la sanción de 4.5 millones de pesos contra Morena es por no reportar dicho esquema a la autoridad electoral, ya que el tribunal “consideró que no se acreditó un beneficio concreto y directo a favor de la campaña electoral para diputada de la ciudadana Delfina Gómez Álvarez”. Esta parte de la historia, por supuesto, ha sido omitida convenientemente por muchos analistas y medios afines a la derecha, quienes han utilizado el tema para exigir la renuncia de Gómez al frente de la SEP.

Lo que no cuestionan la inmensa mayoría de dichos “analistas” es la extraña y atípica tardanza del INE para sancionar una denuncia ocurrida en 2017 y que fue desempolvada del cajón apenas en septiembre de 2021, justo en medio de la guerra política entre el órgano electoral y el proyecto de la 4T. ¿Cómo es posible que el INE tardara poco más de cuatro años en resolver un caso como este? La inusual tardanza, evidencia una maniobra política de quienes controlan el instituto para golpear políticamente a Morena.

Lo curioso es que tras un largo proceso burocrático, el INE sí sancionó irregularidades que no se atrevió a sancionar en aquel 2017, cuando el entonces presidente Enrique Peña Nieto operó una “elección de Estado” para la gubernatura del Estado de México, designando de manera descarada a todo su gabinete a repartir dinero, despensas, tarjetas electrónicas y otras prebendas para coaccionar el voto. El descaro fue tal, que en aquella campaña a favor del PRI, incluso intervino la actriz Angélica Rivera junto al gobernador Eruviel Ávila, en la entrega de dinero. Bastaba con echar un vistazo en redes para darse cuenta de la manera tan grotesca en que se operó el fraude electoral en el Estado de México, el cual terminó con la imposición de Alfredo del Mazo en la gubernatura mexiquense.

El INE y sus costosas áreas de fiscalización no vieron nada de esto. Mucho menos, el desvío de dinero proveniente del fraude carretero en el Viaducto Bicentenario y el Circuito Exterior Mexiquense, luego de que la organización Ahora presentó una denuncia por una presunta inyección ilegal de 4,000 mil millones de pesos a la campaña de Del Mazo, vía una sospechosa triangulación de recursos entre Banobras y el gobierno de Estado de México. Esto tampoco vio el INE. Quizá el hecho de que el encargado del área de fiscalización del INE, Eduardo Gurza Curiel, era precisamente un excolaborador de Del Mazo en Banobras, tuvo algo que ver en que el órgano electoral se hiciera de la vista gorda.

De este modo, el INE ha dejado claro que sólo ve lo que le conviene a la cúpula que controla el órgano electoral, donde dos personajes relevantes como Lorenzo Córdova y Ciro Murayama, llegaron a sus respectivos puestos tras una negociación y reparto de cuotas entre el PRI, PAN y PRD, que hoy forman parte de una misma fuerza política. Algo que en buena medida, permite entender por qué razón las cúpulas del INE suelen actuar más como partido opositor que como un árbitro imparcial.

Asuntos de relevancia que no fueron tomados en cuenta por Al Chipotle, la nueva mascota de un órgano electoral cuyos dirigentes, creen que utilizando términos del habla coloquial con un ligero tufo clasista, podrán conectar con la inmensa mayoría de mexicanos para tratar de convencerlos de que los millonarios recursos que operan en el órgano electoral, son esenciales para el buen desempeño de la democracia.

Una democracia que existe a pesar del INE y no gracias a él, tal como lo demuestran los fraudes electorales de 2006 y 2012, avalados por el entonces IFE y el TEPJF.

Lo que queda claro, es que el INE busca utilizar otras herramientas comunicativas para ganar la disputa de narrativas a López Obrador y la 4T. La contraofensiva propagandística basada en un vocero caricaturesco con botarga de chile, muestra además los grados humorísticos a los que han llegado algunos argumentos del INE para tratar de defender la manera en que utilizan el dinero público, con grandes privilegios para su burocracia dorada. No sorprendería que entre tantos costosos asesores, la dirigencia del INE cuente también con la asesoría de un comediante

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