Natalia Antezana Bosques / @Natalia3_0
(23 de septiembre, 2013).- “La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación saluda fraternalmente al pueblo de México”, fueron las palabras con las que inició su discurso Rubén Núñez Ginés, dirigente de los maestros de la sección 22 de Oaxaca, en el mitin en defensa del petróleo convocado por Andrés Manuel López Obrador el pasado 22 de septiembre.
Con un sol penetrante, el líder sindical tomó el micrófono con el afán de mostrar la fuerza de los profesores que aún siguen en la lucha; esto se reflejó en los contingentes de docentes oaxaqueños, veracruzanos, chiapanecos y michoacanos que se encontraban al final de la gran manifestación que llegaba hasta el Auditorio Nacional, según los organizadores del evento.
Al lado de Núñez estaba el líder magisterial de Michoacán, Juan José Ortega Madrigal, quien también convocó a los maestros de la sección 18, de su entidad, a participar en la marcha en contra de la Reforma Energética.
Núñez agradeció la solidaridad y el apoyo de las diversas organizaciones sociales a los maestros y maestras “democráticos de todo el país” aprovechando la gran multitud que lo escuchaba, alrededor de las 12 del medio día del domingo pasado.
“Hoy nuevamente se ve la presencia de las secciones aglutinadas en este gran referente para exigir la educación pública en todo nuestro territorio, para defender el normalismo y el empleo de todos los trabajadores”, prosiguió el profesor.
El arribo al templete de ambos dirigentes magisteriales provocó una ola de aplausos y gritos en la multitud que se peleaba por estar hasta adelante y ver, en primera fila, lo que sucedía en el templete.
“Aquí y ahora, con la Coordinadora”, fueron de las consignas más coreadas durante el discurso de Rubén Núñez, que acompañadas de gritos y sonrisas, intentaban demostrar el apoyo de los presentes al magisterio disidente.
“Arriba la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación ¡Viva México!” gritó el dirigente magisterial, que con su mano derecha sostenía el micrófono, mientras levantaba la izquierda, con el puño cerrado, a toda la multitud aglutinada.
