Fabrizio Mejía Madrid, en su columna de la semana pasada en Sin embargo, lo dice claramente: “No quieren palabras, demandan imágenes porque saben que así justifican su silencio”. Se refiere a los medios corporativos y a sus figuras más relevantes, que exigen que se presenten “pruebas”, no sólo testimonios, en el juicio contra Genaro García Luna en EUA. Es más que el silencio porque consiste no sólo en no hablar del asunto, sino en banalizarlo, minimizarlo, convertirlo en un caso más del anécdotario delictivo en México y, si les va bien, hasta de una telenovela rosa. La andanada mediática pretende, con ello, la exoneración de una política criminal que duró casi treinta años y el ocultamiento de una enorme red de colusiones, complicidades, fidelidades y sometimientos que involucran a todas las estructuras de poder en México.
Hay quienes han callado completamente y los que quieren reducirlo a la banalidad de los gestos y expresiones del acusado; hay quienes lo defienden, a rabiar o con matices y maromas de saltimbanqui, como Guillermo Valdés Castellanos, director del Cisen con Calderón, que exonera a GGL mientras inculpa a su exjefe. Hay quienes demeritan todo el proceso porque descalifican a los testigos o los testimonios; un circo, dicen. En fin, más allá de cómo manejan ciertos medios y ciertas personas el asunto, es claro que se trata de una inmensa operación de control de daños preventiva, no para lavarle la cara a los comunicadores y opinologos, se llamen Krauze, Dresser o Ciro, que puedan verse señalados, sino a la oligarquía que ha gobernado este país desde Miguel de Lamadrid, al menos, a la que se le cae el circo a pedazos.
Genaro García Luna es el centro neurálgico de la estructura de un poder construido desde la ilegalidad y que se extendió a todos los ámbitos de la vida del país. A su alrededor giran lo mismo presidentes, empresarios y banqueros del más alto nivel, que ministros de la Corte, senadores, diputados, gobernadores, alcaldes y organizaciones de la “sociedad civil” y partidos; lo mismo gravitan universidades y escuelas que medios de comunicación o las industrias del deporte, el espectáculo y el turismo, entre otras.
Una estructura de poder que, por un lado, usó los recursos represivos del Estado como instrumento para imponer un gobierno delictivo y, por otro, transfirió enormes cantidades de recursos públicos hacia ciertos sectores para darle legitimidad, aceptación y apoyo social. De una pequeña parte de todo ello comienzan a salir evidencias y, conforme avance el juicio, saldrán más. Por muy “descalificados” que sean los testigos, las historias y posibles pruebas que las acompañen darán elementos para confirmar testimonios, versiones y denuncias de hechos en México, que el aparato de administración, impartición y procuración de justicia no ha tocado, pero que abundan. La pinza se ha de cerrar con el proceso aquí de la persona más cercana a García Luna, Luis Cárdenas.
¿Es de veras inverosímil que la Policía de GGL hiciera cosas como las que narró Sergio Villarreal, “El Grande”, si fue capaz de atacar y amenazar a un ministro de la Suprema Corte, según el propio testimonio público de Arturo Zaldívar, para evitar que prosperara la investigación contra la familia de Margarita Zavala por el homicidio de 49 bebés de la Guardería ABC? Hasta parece poco lo narrado por el delincuente.
Imagino que para el jurado en Nueva York el dato abonaría a la credibilidad de las acusaciones, más allá del “perfil” de los testigos, pero se le juzga por delitos cometidos o vinculados directamente con EUA, principalmente conspiración para traficar drogas, no de lo que haya hecho en México. Aún así, los delitos de los que se le acusa los cometió como alto funcionario del gobierno federal mexicano y como emblema de la supuesta lucha contra las drogas, auspiciada desde allende la frontera, donde los casos del Chapo Guzmán y éste comienzan a minar estructuras de agencias como la DEA, y cuya crisis se agudizó en marzo pasado con la destitución, por “conductas inapropiadas”, de su director en México, información que apenas se dio a conocer en días pasados.
Por eso se quieren proteger. Y no porque vayan a ser acusados o implicados oligarcas o políticos de primera línea, sino porque el juicio toca de frente una estructura de poder que abarca al menos tres sexenios y a una parte medular de esa red transversal que creció exponencialmente a su amparo, y con asideros en EUA y otros países. Si a Salinas le tocó administrar el boom de la cocaína cuando ésta se transportaba en aviones 747, al panismo le tocó el boom de la metanfetamina. Con aquel y siempre de la mano con el poder político, nació la industria del lavado con su cauda de abogados, notarios, jueces que cobran con playas exclusivas y fortunas en paraísos fiscales. Una industria cuyo poder creciente ayudó a llevar a Fox y a Calderón a la Presidencia.
Lo grave es que si bien Salinas llegó por fraude, tuvo aún todo el poder del sistema y mantuvo el control casi hasta el final. El asesinato de Colosio truncó no sólo su proyecto político, sino que abrió las puertas a un nuevo arreglo en el control y operación de narcotráfico y sus actividades paralelas, que ya no estarían más bajo el dominio casi absoluto del Ejecutivo federal. Ni Zedillo ni mucho menos Fox tuvieron real control de las estructuras del Estado en este aspecto. Priístas de cepa y la nueva elite panista se entrelazaron para intentar llenar el enorme hueco de una Presidencia débil.
No es casualidad que Eduardo Medina Mora, de amplia trayectoria en los gobiernos del PRI y vínculos lejanos con el grupo Atlacomulco, haya sido el padrino de García Luna, quien ya hacía y deshacía a su antojo desde el Cisen. No es casualidad que Medina Mora haya recomendado a García Luna a Fox para dirigir la AFI y que, más tarde, él mismo haya sido Procurador de la República con Calderón, mientras García Luna era Secretario de Seguridad.
Tampoco es casualidad que Luis Cárdenas Palomino, mano derecha de García Luna desde la AFI y hoy preso en México, se haya casado con la hermana de quien sería el Consejero Jurídico de la Presidencia de Peña Nieto, Humberto Castillejos Cervantes, cuyo padre, Marcos Castillejos Escobar (asesinado en 2009) era socio de Rafael Macedo de la Concha, Procurador con Vicente Fox, además de subprocurador. No es casualidad que hayan sido ellos quienes evitaron que los hermanos Bribiesca Sahagún fueran juzgados por los desfalcos a Pemex y que salieran tan campantes.
Por supuesto, no es casualidad que Peña Nieto llevara a Medina Mora a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, mientras mantuvo la estructura operativa de García Luna en la Policía Federal y otros aparatos del Estado. Tampoco es mera coincidencia que Medina Mora haya tenido que renunciar a la Corte por acusaciones de lavado de dinero y que su operador desde los años noventas, tan confiable para el poder, esté hoy sujeto a proceso por delitos de narcotráfico y por usar sus cargos para cometerlos.
El andamiaje construido para legitimar una política de Estado que prevaleció durante décadas pende, también, de lo que surja de ese proceso. El juicio exhibe parte de una trama corrupta y criminal para utilizar a los poderes Ejecutivo y Judicial en la comisión de los delitos más graves, de manera sistemática y permanente durante décadas. Directa e indirectamente serán perjudicadas famas y fortunas, carreras y aspiraciones políticas, pero también, contribuirá a evidenciar la imbricación de un gran número de actores e instituciones “respetables” en esa política delictiva y en el silenciamiento de sus verdaderas acciones y sus consecuencias. Treinta años de mentiras se vienen abajo.
En 2018 esa oligarquía y su cauda de beneficiarios perdió el control de sus principales herramientas: el presupuesto y las fuerzas armadas. Les queda el Poder Judicial, el INE, burocracias académicas, medios de comunicación, ministerios públicos, policías y, claro, capital. El proceso a Genaro García Luna va a trastocar todo eso y de ahí su alarma y sus desfiguros. Hasta el silencio los delata.
Referencias
Fabrizio Mejía Madrid, “Amor por García Luna”, Sin embargo, 26 de enero, 2023. https://www.sinembargo.mx/26-01-2023/4317342.
Miguel Badillo, “Cárdenas Palomino lavó dinero con 150 empresas y compra de residencias”. Contralínea. 28 de enero, 2023. https://contralinea.com.mx/interno/semana/cardenas-palomino-lavo-dinero-con-150-empresas-y-compra-de-residencias/
Edgar Valdés Castellanos. Juicio a García Luna: mitos y temas de fondo. Letras libres. 26 de enero, 2023. https://letraslibres.com/politica/guillermo-valdes-castellanos-mitos-juicio-garcia-luna/