Záyin Dáleth Villavicencio / @ZayinDaleth3_0
(6 de octubre, 2013).- “Si queremos poner fin a este régimen de corrupción, injusticias y privilegios, lo radical es no claudicar, no cansarnos y seguir trabajando para sumar voluntades”, advirtió Andrés Manuel López Obrador en el marco de su convocatoria a “la desobediencia civil pacífica”.
Ahí, ante más de cien mil ciudadanos, el presidente del Consejo Nacional del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), puso a consideración la propuesta de plan de acción para frenar la privatización del sector energético y el aumento de impuestos, mediante la resistencia, la desobediencia civil y la no violencia.
El líder de la izquierda anunció que este lunes se darán a conocer los resultados de la votación en la que se determinó este domingo el destino del movimiento, en lo que fue la tercer movilización después del 8 y el 22 de septiembre. En este mitin, se incluyó por primera vez la lucha contra todas las reformas propuestas por Enrique Peña Nieto.
Después de esta consulta se decidirá entre tres caminos, con lo que la desobediencia civil pacifica abandonará el campo de lo abstracto para convertirse en acciones concretas. La primera propuesta se enfocó en organizar un cerco pacífico en torno a las sedes del Poder Legislativo, en el Senado, la Cámara de Diputados en caso de aprobarse en el Senado y en los congresos locales. En la opción dos se aglutinaron una serie de acciones como no ver programas de Televisa y generar un plan de comunicación alterna a través de las redes sociales. La tercera alternativa consistió en aplicar las dos iniciativas anteriores.
Una vez explicadas las propuestas, López Obrador continuó su discurso: “Estamos conscientes de que la situación actual genera enojo y desesperación entre la población. Respetamos a quienes están, con razón, muy indignados y quisieran que lleváramos a cabo acciones que llaman contundentes, pero no podemos (…) caer en provocaciones y en la trampa de la violencia”, explicó el tabasqueño.
“Estamos obligados a actuar con responsabilidad y a cuidar que no se descarrile nuestro movimiento, porque es la esperanza de muchos. Si queremos poner fin a este régimen de corrupción, injusticias y privilegios, lo radical es no claudicar, no cansarnos y seguir trabajando para sumar voluntades”, agregó el ex candidato presidencial.
“A lo que más le teme el gobierno oligárquico, no es al enfrentamiento de los inconformes con los granaderos, sino al despertar y a la organización de los ciudadanos para ejercer, a plenitud, los derechos consagrados en la Constitución y hacer valer la justicia y la democracia”.
De nueva cuenta, miles de ciudadanos “consientes e informados”, se dieron cita, dispuestos a responder a la convocatoria a las acciones concretas delineadas por López Obrador.
Durante algunos momentos del discurso, ciertos manifestantes –que esta vez alcanzaron a ocupar las inmediaciones del Caballito hasta la Glorieta de La Palma–, recobraron el asombro y el arrojo que ha impulsado la lucha en defensa de México y en contra de las reformas estructurales promovidas hoy por Enrique Peña Nieto. Algunos lloraban, otros mostraban su entusiasmo.
En ese sentido, tras lo que fue un discurso más incluyente, el ex jefe de gobierno capitalino subrayó: “Tengamos confianza. Vamos a poder transformar al país de manera pacífica. Soy optimista porque me consta que ya hay millones de mexicanos conscientes y, cada vez, seremos más”.
“Cuando logremos aglutinar una mayoría informada y organizada, entonces sí, ninguna maña, ninguna trampa, ningún fraude podrá evitar que llevemos a cabo la regeneración del país. Tengamos en cuenta también, que la resistencia, la desobediencia civil y la no violencia, son caminos que ya han probado su eficacia para enfrentar a regímenes autoritarios como el que padecemos en nuestro país”, concluyó.