Rodrigo Rojo /@Eneas
(07 de Octubre, 2013).- Con la cancelación de la Feria Internacional del Libro en el Zócalo, se pierde una excelente oportunidad para cambiar el cerco policial y llenar el Zócalo de libros, expresó Paloma Sáiz Trejo, la directora de contenidos literarios de la XIII edición de la Feria.
Para ella, posponer la Feria es una noticia “gravísima” que obliga al Gobierno del Distrito Federal (GDF) a replantear todo, pues los contenidos eran verdaderamente importantes y representaba un esfuerzo único. La Feria que se pospone iba a ser una de las mejores ya que se iba a contar con la presencia de 208 autores y 18 escritores internacionales.
Durante la mañana, la secretaria de Cultura del Distrito Federal, Lucía García Noriega y Nieto, anunció que por órdenes del secretario de Gobierno del Distrito Federal, Héctor Serrano, la Feria debía cancelarse pues “todavía no es momento de quitar el centro de acopio que el Gobierno Federal tiene instalado en el Zócalo2.
Una vez más, pareciese que el GDF acata, sin cortapisas, las órdenes que bajan desde el Gobierno Federal.
Para Paloma Sáiz, era innecesaria la cancelación de la Feria pues “existen muchos centros de acopio por toda la Ciudad”, sin embargo, la secretaria de Cultura respondió que un centro de acopio de tales magnitudes no tendría la capacidad de movilidad necesaria en ningún otro lugar de la Ciudad. Para ella, la emergencia nacional es incuestionable y llamó, incluso, a seguir ayudando pues “no es cuestión de 15 días”.
Entre los autores que estaban convocados a participar en esta edición de la Feria destacan algunos como Tariq Ali, el emblemático escritor pakistaní quien ha sobresalido por sus columnas en el diario británico The Guardian y por ser un férreo crítico de las políticas neoliberales.
Además, se tenía preparada la presencia de autores como José Emilio Pacheco, Vilma Fuentes, Sabina Berman, Xavier Velasco, Paco Ignacio Taibo II, Eduardo Antonio Parra, Enrique Dussel, Luis Britto García, Cristina Rivera Garza, Sanjuana Martínez, Armando Bartra, Juan Villoro, entre otras personalidades de primera línea del mundo literario y cultural.
Evidentemente, volver a hacer coincidir las agendas de todos estos autores será algo sumamente difícil, por lo que la decisión de “posponer” la Feria podría significar su cancelación. Como reconoce la propia secretaria de cultura, “la mayor pérdida está en los ciudadanos quienes no tendrán la posibilidad de dialogar con estos autores”.
Se percibe un cierto autoritarismo de parte del GDF, quienes no consultaron ni informaron a los autores y casas editoriales de la decisión, cuando ya se tenía todo preparado. La decisión de Miguel Ángel Mancera y Héctor Serrano se lee como precipitada e irresponsable, además de injustificada –pues no es necesario mantener el centro de acopio en el Zócalo mientras sí es legalmente obligado llevar a cabo la Feria en ese espacio–. También podrían entenderse presiones del Gobierno Federal para mantener un centro de acopio que ha sido férreamente resguardado por Policía Federal y Ejército.
Destaca también que Televisa sigue manteniendo sus foros de transmisión en el Zócalo ocupado y que, ahora, se ha quedado sin la Feria del libro más importante de la Ciudad.