(16 de mayo, 2016. Revolución TRESPUNTOCERO).- Fue en el Estado de México donde a sus 14 años, María Fernanda Tlapanco Uribe desapareció. Hasta el día de hoy, su madre, Rocío Uribe, quien la espera en casa, no sabe nada de ella; sin embargo, la búsqueda no ha parado para la familia.
Hay días que los Tlapanco Uribe entran a bares en los estados de la ruta de trata (Tlaxcala, Puebla, Veracruz, entre otros) para indagar pistas que los lleven nuevamente a los brazos de María Fernanda. Van y buscan, porque si ellos no lo hacen, comentan, nadie lo va hacer.
“Desde el inicio no nos hicieron caso. Tuvieron que pasar semanas para que el expediente de mi hija fuera investigado, pero las autoridades no investigan. Para que aceptaran la denuncia tuvo que pasar día y medio. Tuve ir como 15 días a Barrientos (Estado de México) y preguntar si ya había llegado el expediente”, dice Rocío a Revolución TRESPUNTOCERO.
“Yo me sentía desesperada porque no hacían nada. Por eso iba y me sentaba ahí en la Procuraduría por horas, a esperar que los policías tuvieran tiempo para poder llevar el oficio. Yo les decía que me lo dieran, que yo iba a donde se tuviera que llevar. Recuerdo que un día tuve que ir de Barrientos a Santa Fe cuatro veces, porque las cuatro veces me rechazaron el oficio por mal elaborado. Y resulta que había pasado un mes y nadie sabía que mi hija estaba desaparecida, porque ni siquiera tenían el oficio”, relata la madre de la menor.
El 12 de abril de 2012, María Fernanda asistió a un taller de regularización para presentar el examen a nivel medio superior. Saliendo de las clases se dirigió a la parada del camión junto con su mejor amiga. Ahí, a unos pasos de su secundaria ubicada en el municipio de Naucalpan, desapareció.
Meses después una llamada anónima les informó a los padres que la menor se encontraba en un bar del municipio de Nezahualcóyotl. Ellos inmediatamente llamaron a las autoridades. Sin embargo, el operativo se realizó 14 meses después, cuando el establecimiento ya no existía.
Rocío Uribe recuerda que ante la negativa su esposo salió en busca de Fernanda, pero no lograron hallarla. No obstante, aquel dato que vino de un anónimo les brindó una línea de investigación.
“Nos hablaron para decirnos dónde estaba ella, quién la tenía y era momento de poderla sacar. Pero nadie quiso ir, ninguna autoridad quiso acompañarme por miedo. Nadie quiso hacerse responsable. Se fue mi esposo solo, ¿pero qué podía hacer? Nada. El local donde dijeron que estaba fue cateado luego de un año dos meses, ya hasta había cerrado ese negocio. Era un lugar de trata, había varias niñas. Pero tuvo que pasar mucho tiempo, el cateo fue en 2013. Y ya no se pudo hacer nada. Fue en ‘Neza’, nosotros ni sabíamos que existía. Mi esposo anduvo investigando y los vecinos le dijeron que era un centro de trata, que ahí las niñas llegaban los viernes en la noche y luego se las llevaban a otros bares, pero nosotros desgraciadamente no encontramos nada”, informa Rocío.
Aquella llamada fue clara, recuerda la señora Uribe: “si no van hoy, no volverán a saber de ella”. Por eso Rocío lamenta que las autoridades no hayan actuado, porque tal como se lo dijeron, a la fecha sigue sin dar con una nueva pista para encontrar a María Fernanda.
Guillermo Gutiérrez Romero, presidente de la Fundación Nacional de Investigaciones de Niños Robados y Desaparecidos I.A.P., refiere que el Estado de México es la entidad –a nivel nacional- donde más se da la desaparición de menores de edad.
“Está en el primer lugar a nivel nacional. Un tema recurrente es que las autoridades no levantan la denuncia con rapidez, incluso piden que se tienen que dejar pasar las 48 horas. Esto es un problema que se ha dado en muchos lugares, pero si a eso agregamos casos de corrupción de ineficiencia, de falta de atención, de burocracia, pues agrava más el problema, que facilita la labor de quienes se dedican a este tipo de estos ilícitos”, declara Gutiérrez Romero.
Guillermo Donaldo, director juvenil de la misma fundación, explica a Revolución TRESPUNTOCERO que en Ecatepec al menos un menor es reportado desaparecido a diario, eso sin contar los casos que no se denuncian.
“En Ecatepec, por ejemplo, cuentan con una línea llamada Ecatel, y ellos nos contactan porque ya no sabían a dónde canalizar tantos padres y madres que reportaban la desaparición de sus hijos. Eso nos permitió registrar que al bimestre eran 60 niñas desaparecidas. Pero eso sólo en Ecatel, si sumamos los de (alerta) Odisea, los de la Procuraduría y otras instancias, los casos son más”, agrega Donaldo.
Guillermo Donaldo agregó que otros municipios donde impera el fenómeno de las desapariciones de menores son: Nicolás Romero, Naucalpan, Tlalnepantla, entre otros.
Rocío Uribe ha tenido que pagar incluso a detectives privados; sin embargo, ahora solamente ella y su esposo son quienes hacen las diligencias por las madrugadas.
“Hay veces que no podemos dormir. Entonces salimos a buscar a María Fernanda, porque sabemos que esto de la trata es por las noches”, dice Rocío, quien ya forma parte de varios grupos de padres que buscan justicia y a sus familiares desaparecidos.